Claudio Morales Salinas - La Estrella de Quillota - Petorca

Algunos hinchas caleranos ya comienzan a anteponer los cuestionamientos por sobre el agradecimiento que todavía prima en la mayoría por la sorprendente campaña de Unión La Calera. Es que perder con Universidad de Chile no estaba en los cálculos, aunque se trataba de un choque de dos elencos que llegaban en mal momento.

Que una pelota detenida haya resuelto el partido jugado en el Nacional, y que el conjunto calerano no haya sido capaz de remontar luego que el técnico Víctor Rivero -que no pudo estar en la banca- dejara a dos cartas de gol en la banca, como son Núñez y Monreal, desconcertó a algunos fanáticos. Ambos delanteros ingresaron en el segundo tiempo, pero su aporte no alcanzó.

Un equipo que hasta antes de la fecha pasada era el más goleador del torneo, ahora se estanca en su producción ofensiva. No ha sido capaz de convertir en los últimos dos juegos, y ante la "U", el único que pateó al arco fue Mariano Barbieri, dos tiros atajados por Johnny Herrera y otro que rebotó en un defensor. Muy poco más allá de las intenciones, y sin aprovechar la suerte en el arco propio además, con los dos remates en el larguero de Ángelo Henríquez, que pudieron decretar una goleada similar a la propinada por Everton.

Reaccionó tarde y mal

En el plantel al menos, la derrota ante los azules dejó un manto de conformidad ante la promesa del equipo más ofensivo que fueron en el complemento. Por ejemplo, el central Pablo Alvarado expresó que quedaron "dolidos y tristes por no conseguir lo que estamos buscando. A pesar de eso, en el segundo tiempo volvimos a ser el equipo comprometido, el equipo difícil, el equipo que no se deja llevar por delante por nadie. Así y todo, con más ganas que ideas, no nos alcanzó para lograr ni siquiera un punto, aunque creo, lo merecimos".

Alvarado incluso intentó fabricarse un penal en el área de la "U", pero el árbitro no le creyó, lo amonestó, y de esta manera el zaguero trasandino quedó suspendido para la próxima fecha. Igual suerte corrió Gonzalo Abán.

Otro recurso extremo, aunque ideado por el cuerpo técnico, fue mandar a la cancha a Víctor Morales... pero como delantero para aprovechar su estatura. Pero "Parafina", que no había jugado más que unos minutos en la primera rueda, no pudo repetir la hazaña que le encomendó alguna vez Miguel Ramírez en San Luis.

Todo mal para San Luis. Volvió a perder en condición de local, Huachipato le dio una lección de contundencia y los canarios ven más cerca que nunca el temido regreso a la Primera B, ya que quedaron a seis puntos de Everton y Palestino, mientras que Temuco es quien lo acompaña ahora en la zona de descenso.

La goleada sufrida ante los acereros, con el hat trick del panameño Gabriel Torres incluido, caló tan hondo en la tienda quillotana, que hasta el técnico Diego Osella dio muestras de estar perdiendo las convicciones con las que regresó.

El DT se mostró descompuesto tras la derrota e incluso puso en duda su continuidad en la banca al indicar que "hay que ser muy objetivo, ser muy claro y sentarse a hablar para ver realmente si esto lo podemos sacar adelante nosotros o si tiene que venir alguien con más frescura, con más paciencia, que es la que estamos perdiendo con esta secuencia de errores consecutivos que son difíciles de analizar".

No alcanza

Los goles recibidos y los que no pudieron hacer cuando dominaron en el segundo tiempo, mermaron la compostura del entrenador sanluisino, que vio que "sus" refuerzos Maximiliano Rodríguez y Jacobo Mancilla decepcionaron una vez más, debiendo ser los canteranos Antonio Estrada y Sebastián Parada quienes intentaran poner de pie al equipo.

"Cada uno tiene su responsabilidad en lo que hizo, veremos la nuestra, porque si yo me quiero perpetuar aquí es porque estoy convencido, pero veo que no alcanza, y si la relación que tengo con los dueños (del club) no da para un diálogo más sincero por el cariño que me tienen, tendremos que gestar nosotros una reunión y ver lo mejor para San Luis", cerró Osella.