Matías Valenzuela
Se mantiene el desconsuelo y la pena en Viña del Mar y Concón entre los amigos de las jóvenes estadounidenses que fallecieron el pasado fin de semana en Antuco. Ambas vivían hace años en Chile, donde estrecharon lazos y formaron familia.
Desde el sábado 13 de octubre, Rose Franke, de 23 años, y Hannah Bozzy, de 25, figuraban desaparecidas junto a otro joven chileno de la zona, identificado como David Abdala. Los tres estaban de excursión en las cercanías del Parque Nacional Laguna del Laja, en la comuna de Antuco. Ante la desaparición, se iniciaron las labores de búsqueda y lamentablemente sus cuerpos sin vida fueron encontrados durante la mañana del lunes 15 de octubre.
Preliminarmente, se maneja la tesis de que los excursionistas ingresaron al río sin el equipo adecuado, siendo arrastrados por la corriente hasta su trágico final.
Recordadas
En la zona, la tragedia golpeó muy fuerte, ya que las norteamericanas vivieron durante años acá.
En el caso de Hannah, tenía la residencia chilena y vivía hace cuatro años en Valparaíso junto a su esposo chileno y su pequeña hija de tres años.
Rose llegó hace algunos años como estudiante de intercambio y se maravilló con Chile y su costa (la joven era una experimentada surfista). Cuando volvió a su natal Wisconsin, terminó sus estudios y luego regresó al Chile para instalarse, hace dos años. En Viña siguió con el surf e incluso fue instructora en la academia Free Sport, de Concón.
Claudia Villagra era su compañera de cuarto y la recuerda con mucha nostalgia: "Era muy alegre, muy responsable, trabajaba harto igual, pero siempre tenía tiempo para sus cosas, el deporte, siempre tenía tiempo para eso; le encantaba conocer, ir a diferentes playas, la última a la que fue era Quintay, fue a conocer las olas. Nosotros éramos como su familia, porque su familia esta en Wisconsin. Ella (Rose) era súper conocida en La Boca, con el resto de los surfistas", cuenta.
Sobre el viaje de las jóvenes a Antuco, la amiga cuenta que ellas se conocieron acá en Chile y fueron a conocer porque eran aficionadas al turismo aventura y las actividades acuáticas.
Apenas se les perdió el rastro, fueron sus propios amigos de Reñaca los que se movilizaron para averiguar algo más y, al mismo tiempo, informar a los familiares en Estados Unidos.
"Lo que pasa es que nadie podía comunicarse con ella y creo que los papás del chico contactaron a los carabineros e hicieron como una denuncia porque no aparecía, le dieron aviso al esposo de Hannah y llegaron los carabineros a la casa de él, le dijeron que no podían contactarla. Después encontraron sus cosas, su mochila y ese tipo de elementos", recuerda. Sobre la triste resolución de la historia, la viñamarina cuenta que los padres compraron pasaje inmediatamente para dirigirse hacia Concepción, y estaban en pleno camino cuando se enteraron del hallazgo de los cadáveres.
"Estábamos buscando para contactar a la familia, y hablamos con ellos, una amiga les tradujo, y tuvimos que darles la noticia en el avión", precisa.