Claudio Morales Salinas - La Estrella de Valparaíso
Los mil setecientos hinchas que llegaron el sábado al Lucio Fariña no emitieron mayores recriminaciones al equipo calerano, porque vieron que luchó ante un rival que al final lo terminó superando porque fue más efectivo. Lo más revelador fue la cantidad de gente que no asistió, pues fue la concurrencia más baja del año que tuvo Unión La Calera jugando de local en Quillota.
Y es que no son pocos los fanáticos que están desencantados con un equipo que se vino abajo hace cinco fechas. Después del partido con Iquique en la 21a fecha, el conjunto calerano solo ha sumado derrotas. En el inicio de esta racha de marras ante Universidad de Concepción en la fecha 22, el atacante Josepablo Monreal marcó el descuento en el minuto 65, tras lo cual ya han pasado 385 minutos sin que U. La Calera celebre un gol.
Esa nula efectividad frente al arco rival quedó de manifiesto una vez más ante Huachipato, con remates de los delanteros Carlos Núñez, Mariano Barbieri y Gonzalo Abán que no lograron acabar con la sequía. Por falta de puntería o por un par de tapadas del golero Yerko Urra, quien hace olvidar al seleccionado boliviano Carlos Lampe en los acereros.
Ya no alcanza
Luego de prolongar los malos resultados con la caída ante los siderúrgicos, el técnico Víctor Rivero reconoció el impacto que siente su plantel, aunque destacó que la última derrota mostró a un equipo rojo que al menos le planteó más lucha al adversario.
"El equipo está golpeado, pero los jugadores mostraron una actitud completamente diferente. Por lo mismo, y a pesar de perder cinco partidos y caer otra vez como local, el público siguió apoyando, porque ese empuje refleja más lo que es Calera. Lo que pasa es que no nos está alcanzando para sumar, porque sumando tendríamos más confianza", indicó el DT.
Por último, el técnico calerano, de cara al choque con San Luis de la próxima fecha, aseguró que "no estamos pensando en el clásico, sino en poder ganar el próximo partido". Derby provincial que será uno de los más dramáticos de los últimos años, con un equipo que ansía zafar del descenso y otro al que le urge levantarse.