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Feligreses de parroquia de Achupallas alabaron nuevo mural del templo

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Admirados estaban los feligreses de la parroquia de Achupallas en Viña del Mar, cuando ayer llegaron a la misa del domingo y vieron el nuevo mural que llenó de colores el sector del altar.

Durante la semana pasada el padre Marcelo Catril ya les había extendido la invitación a la inauguración que sería justamente el domingo, antes de iniciar la misa, donde el mural fue alabado por todos los presentes que repletaron la parroquia.

"Este es un mural que recoge la historia de la gente de Achupallas. Es un hito importante en la historia de los cerros de Viña, porque hay generaciones que no conocen el esfuerzo y el sacrificio que hicieron sus padres para fundar Achupallas", explicó el padre.

Y agregó: "En el mural están plasmados distintos testimonios, familias, catequistas, sacerdotes, religiosas, juntas de vecinos. Quisimos plasmarlos a todos en este mural que se llama 'Achupallas puerta del cielo'".

El padre Catril destacó que hoy en Achupallas aún viven familias en situación de campamento, y en condiciones similares a los comienzos de la población, cuando familias obreras llegaron a vivir al sector.

"Para no olvidar la memoria quisimos dejar este hito gráfico de la vida. Porque hay muchos libros con la historia de Achupallas, pero los libros no son accesibles para todas las personas. Entonces es un acto de justicia, de amor y de belleza por el arte, para la comunidad".

Además, cabe destacar que el mural fue pintado y creado por miembros de la comunidad, quienes ahora podrán admirarlo en cada eucaristía.

Joyitas de 4 ruedas en remate de la Aduana

Un Trabant del año '82 de colección y un Nissan Fairlady de 2004, famoso en la saga "Rápido y Furioso" fueron los más peleados en la subasta.
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Nicole Valverde S.

Nadie les borraba las sonrisas a Carlos Hernández y su hijo Agustín, quienes se llevaron las dos joyitas más peleadas de la subasta aduanera que se realizó ayer en dependencias del Almacén de Rezagos de la Aduana Regional de Valparaíso y que contó con el apoyo de los martilleros públicos de la Dirección General del Crédito Prendario.

En total fueron tres vehículos los subastados, y los postores no daban su mano a torcer. El primero en rematarse fue un Toyota Célica del año 1999, subastado en 900 mil pesos. Luego un Trabant modelo P601L de 1982, una joya de colección fabricado en la República Democrática Alemana, un vehículo descontinuado y con muy poca circulación a nivel mundial. Finalmente el Nissan 350Z Fairlady del 2004, que se hizo famoso en la saga fílmica "Rápido y Furioso: Reto Tokio".

Feliz postor

Carlos Hernández viajó con su hijo Agustín desde la capital con el objetivo de adjudicarse los dos últimos vehículos. El Trabant le costó 3 millones 650 mil pesos, mientras que el Nissan, que fue un regalo para el regalón Agustín, le costó 4 millones 900 mil pesos.

"Yo tengo autos de colección y me gustan los exclusivos por eso me interesé en el Trabant. Así que voy a tratar de ponerlo en circulación para poder disfrutarlo y conducirlo", contó Carlos, quien constantemente acude a las subastas para adquirir este tipo de joyitas.

"El Trabant es un auto que ya no lo fabrican, y por la cantidad que lo compré jamás podría haberlo comprado, y menos traerlo de afuera. Así que lo voy a cuidar mucho y tratar de mejorar su motor", agregó Hernández, quien pensó en ofrecer hasta 6 millones de pesos por el alemán.

Rápido y furioso

Por su parte Agustín Hernández, de 13 años, tendrá que esperar algunos años para poder conducir su nuevo auto de "Rápido y Furioso", aún así el entusiasmo del adolescente estaba por las nubes con el regalo de su padre.

"Lo vi por internet y a mí siempre, de chico, me han gustado los autos. A parte cuando vi que era el mismo de 'Rápido y Furioso', que he visto todas las películas me gustó más. Yo siempre acompaño a mi papá a los remates porque siempre va en busca de autos, y en este caso yo quería el Nissan", aseguró Agustín, quien ahora buscará un adulto responsable que le maneje su auto hasta que él pueda sacar su licencia de conducir.

"Voy a mantenerlo limpiecito y bien cuidado para cuando yo pueda manejarlo", concluyó.

Remate aduanero

Pero el remate aduanero además tuvo lotes de drones, telescopios, libros y hasta dos ascensores, pero nadie se interesó en comprarlos, ya que tenían una postura mínima de 7 millones 280 mil pesos.

El jefe de subasta de la Aduana de Valparaíso, Arturo Veneros, explicó que las subastas se efectúan de manera anual tanto en Valparaíso como a lo largo de todo el país. "La razón es recuperar aquellos impuestos que el Fisco ha dejado de percibir por mercancía que ha sido internada a territorio nacional y que no ha sido nacionalizada legalmente". "En definitiva, generamos recursos para el Fisco y le damos continuidad al comercio internacional", destacó Veneros. Cabe destacar que la penúltima subasta del año, contó con 237 lotes de los cuales 161 fueron adjudicados, y se recaudaron 119 millones 737 mil pesos.