No hay caso. El sufrimiento está insertado en el ADN wanderino y ayer, en el marco del debut verde en la liguilla de ascenso, la agonía volvió a ser protagonista hasta los segundos finales de partido. Lejos de mostrar su mejor cara futbolística, el equipo dirigido por Miguel Ramírez logró sacar adelante un duelo difícil ante un Deportes Valdivia que nuevamente complicó a los porteños, pero que finalmente terminó viajando con las manos vacías al sur de nuestro país tras caer por dos a uno ante los caturros.
Juan Soto en lugar de Matías Fernández y Reiner Castro atacando por la derecha, fueron las principales novedades de un equipo verde que, sin deslumbrar, logró incomodar durante los primeros minutos al elenco de la Región de los Ríos. Recién corrían seis minutos de encuentro cuando Reiner Castro, sin quererlo, habilitó con la nuca a Luis Valenzuela, quien se dio media vuelta, disparó, y por apenas un par de centímetros no gritó el gol luego de que el balón se estrellara en horizontal, rebotara hacia abajo, y luego diera un par de centímetros dentro de la línea para luego rebotar hacia afuera. Parecía ser un adelanto para lo que luego sucedería.
El reloj marcaba los 36 minutos de partido cuando el mismo "Larry" se paró frente a la pelota para servir un tiro libre. El ex Antofagasta remató con tanta exquisitez, que el esférico otra vez dio en el palo, aunque esta vez se terminó incrustando en el fondo de la portería custodiada por Diego Figueroa. Era el 1-0 y la tranquilidad para afrontar de mejor manera el resto del partido.
Antes de que terminara la primera parte, sin embargo, Mario López cometió un penal a Gustavo Lanaro. El propio artillero trasandino fue el encargado de cobrar la pena máxima, y aunque Mauricio Viana logró tocar con su mano derecha el disparo del delantero, la pelota iba tan potente que de todos modos entró al arco para decretar el empate parcial.
Trabados
Manuel Villalobos volvió a jugar después de mucho tiempo tras reemplazar al juvenil Gabriel Rojas al comenzar el complemento. Los dos jugadores recién mencionados, hicieron extrañar más que nunca al suspendido Rafael Viotti, quien siempre hace un trabajo táctico silencioso que hizo falta por la tarde de ayer en el coloso de subida Carvallo.
Un irreconocible cuadro wanderino, extravió completamente su buen juego, y solo a través de pelotazos a un solitario Reiner Castro, intentaba llegar sin éxito al arco valdiviano. El cuadro forastero, en tanto, se mostraba cada vez más cómodo dentro de la cancha, jugando con la tarea del empate cumplida y con la desesperación porteña, los rojos no propusieron demasiado y solo se dedicaron a esperar a un Decano que parecía ahogarse en sus ansias.
Recién cuando restaban quince minutos de partido, los jugadores caturros comenzaron a calmarse dentro de la cancha, hilvanando jugadas por las orillas gracias a la siempre peligrosa velocidad de Reiner Castro, aunque, hasta entonces, nunca se logró concretar de buena forma.
Santo balón parado
Dentro de las cosas que más hay que aplaudirle al Wanderers de Miguel Ramírez, es cómo han utilizado constantemente las pelotas detenidas a su favor para quedarse con resultados que en algún parecían adversos.
Ante Valdivia no fue la excepción, y cuando restaba apenas un minuto para que se cumpliera el tiempo reglamentario, un córner servido por Marco Medel encontró el buen pivoteo del "Larry" Valenzuela, para que, entrando desde atrás, apareciera Enzo Gutiérrez para nuevamente vestirse de héroe y anotar con borde interno el tanto que vuelve a llenar de vida al Decano en sus sueño por volver a Primera División. Como si el sufrimiento hasta ahí no hubiese suficiente, Valdivia tuvo un lanzamiento en el palo cuando se jugaba el último minuto de descuento.
Un empate, el domingo ante Valdivia en el sur, le servirá a los porteños para avanzar de llave.