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Hasta nuevo aviso se mantiene la paralización de los portuarios

La negociación está en punto muerto y se empieza a radicalizar la tensión. Ya se han desviado recaladas de cruceros y buques de carga, además de la pérdida de turnos de trabajo.
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Matías Valenzuela

Cientos de uniformes reflectantes, naranjos y amarillos, merodearon entre el muelle Prat y la Plaza Sotomayor, con banderas chilenas, lienzos y gritos para manifestar su movilización. La huelga de los trabajadores portuarios iniciada el sábado mantiene su carácter de indefinido, a la espera de una eventual mesa de negociación.

A eso de las 09.00 horas de ayer, un grupo de trabajadores portuarios se aglomeró en el muelle Prat. Cortaron el tránsito por unos minutos, lo que provocó atochamientos y desvío de vehículos, pero no se registraron mayores desmanes.

Durante toda la mañana, los trabajadores se mantuvieron en el sector, para luego improvisar una reunión en la que repasaron los últimos detalles de la negociación y la situación de la huelga, la que se mantiene de forma indefinida. Durante la misma jornada, conversaron con una abogada laboral para hacerle llegar los antecedentes de su situación laboral y evaluar el curso de acción a tomar en el futuro.

Indefinido

Las posturas se radicalizaron con los desmanes registrados el sábado pasado, cuando un grupo de trabajadores contratados ingresó escoltado por Carabineros para reanudar las faenas. Esto dio pie a enfrentamientos entre los funcionarios movilizados y la fuerza pública, que terminaron con detenidos y vidrios rotos. Desde ese día que ambos bandos no se sientan a negociar.

El paro de los trabajadores eventuales se ha extendido durante cuatro días y derivó en una relevación de la mesa de dirigentes sindicalizados. Se escogió a otros cinco representantes para que ejercieran la vocería de más de 300 trabajadores de TPS y Ultraport, quienes firmaron para oficializar la nueva vocería.

Uno de estos representantes es Antonio Vives. El vocero afirma que no ha habido mayor espacio para el diálogo entre ambas partes, más allá de una reunión con la gerencia de Ultraport, el día viernes, y en la que no se llegó a acuerdo. En ese encuentro, los trabajadores llevaron una demanda principal: que se haga efectivo el pago de un bono de cinco millones de pesos como indemnización. Además se llevó un petitorio con exigencias respecto de las condiciones de trabajo.

"El día viernes, logramos que todos los sindicatos se alinearan y tomaran un tema en común que era la lucha por el bono de indemnización, más un petitorio. Ese diálogo nunca existió porque no querían conversar, ellos lo único que querían era que volviéramos a trabajar", manifestó.

Sobre la situación actual, el vocero de los trabajadores expresa que la negociación se encuentra entrampada, sin diálogo, y sin reuniones pactadas en el futuro cercano.

"Estamos en punto muerto, los trabajadores sacamos cinco representantes, y ellos están tratando de establecer una mesa de trabajo a través de los diferentes contactos, ya sea compañeros, gerentes, presidentes de sindicatos de contratados, y más, pero la empresa no nos ha dado respuesta de ningún motivo. El trabajador, lo único que quiere es volver a trabajar, pero que se nos respeten nuestros derechos y nuestras demandas porque llevamos años de insatisfacción", asegura.

Problemas de logística

Desde TPS manifestaron que la movilización de los trabajadores ha implicado importantes desajustes económicos y pérdidas de turnos de trabajo.

El gerente general, Oliver Weinreich, señaló que "sólo hasta este momento, cuatro recaladas de naves portacontenedores anunciadas para el puerto de Valparaíso, que transportaban más de 7.000 contenedores y un buque de carga general, se desviaron al Puerto de San Antonio, con todos los costos e inconvenientes derivados de esto. Adicionalmente, tres recaladas de naves portacontenedores han confirmado que no llegarán a Valparaíso. Con lo anterior se estima que ya se han perdido, por lo menos, 2.600 turnos de trabajo, lo que ha afectado directamente a nuestros trabajadores portuarios que prestan servicio en el puerto, y con quienes no mantenemos pendiente ningún tema laboral".

Junto con lo anterior, la empresa comunicó que la interrupción de las actividades del puerto ha estirado los tiempos de espera para los transportistas, y no han podido trasladar sus cargas. Además, se han presentado problemas logísticos para la carga que debe llegar a su destino final, y no se han podido despachar las cargas de importación.

éxodo de cruceros

La movilización ya ha afectado a otros sectores.

Durante el fin de semana, se desviaron dos buques de Maersk, que tenían agendada su recalada en Valparaíso.

Además, el día de ayer, a las 07.00 de la mañana, debía llegar el "Fram", un crucero con 400 pasajeros, pero también fue redirigido al puerto de San Antonio, cuando estaba a un par de millas de la Ciudad Puerto.

El sector turístico acusó el golpe y se mostró muy preocupado. La presidenta de la Asociación de Hoteles de Valparaíso, Verónica Castillo, lamentó profundamente la situación actual.

"Esto no afecta solamente a la industria hotelera, sino que a toda la economía que es extra portuaria. Además de perder los cruceros, y perder la divisa que ellos dejan al estar acá, también hay un tema de imagen. Hoy día, en el mundo de los cruceristas se nos está visualizando como un puerto conflictivo", indica.

Sobre este punto, la empresaria hotelera expresó su preocupación por el daño a largo plazo.

"Con esto, los armadores de cruceros no pueden tener ninguna confianza. Saben que ya tuvimos los problemas del año pasado, entonces Valparaíso se transforma en un polo negativo para la industria de cruceros. Esto indica, y es claro que nuestra industria necesita que se construya un muelle exclusivo para cruceros, con una gobernanza histórica, y con trabajadores autónomos", expresó.

La próxima recalada de cruceros está registrada para el próximo 23 y 24 de este mes, vale decir, el próximo fin de semana, por lo que se teme que esas embarcaciones también sean desviadas, si el conflicto portuario se mantiene.

"Esto a nosotros nos afecta mucho, esto es retroceder en el tiempo. Nosotros tuvimos muchos problemas hace dos años atrás con los cruceros, logramos superar eso y quedamos con 12.000 pasajeros que venían en esta temporada. Esto, también se perdió, los problemas que tienen los portuarios deben ser resueltos con sus jefes, pero no pueden afectar a otras áreas", señaló.