En Rancagua estaría estatua porteña perdida
"La República" desapareció misteriosamente el 2003 desde la plaza Rubén Darío. Investigador porteño cuenta detalles del hallazgo.
Con doscientos kilos de peso y unos cuatro metros de altura, nadie tiene claridad de cómo pasó. Algunos dicen que desde una camioneta bajaron unas personas y se la llevaron, algo que nunca ha sido comprobado. Pero lo cierto es que la estatua "La República" desapareció misteriosamente desde la plaza Rubén Darío el 2003 sin dejar rastro.
El investigador de la historia porteña, Lautaro Triviño, de inmediato se puso a indagar y recién este año recibió una pista que podría ir en la dirección correcta.
"Una persona me envió una fotografía de la escultura que me dio la impresión estaría en un predio del sur. Envié la foto a los medios y ahí el comisario de la Bidema (Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural) de Santiago la vio, me contactó y empezó a investigar", cuenta Triviño.
El caso fue asumido por el comisario de la PDI Marco Orellana, quien vino a Valparaíso y se entrevistó con Triviño, quien le entregó todos los antecedentes del caso. "Entiendo que es materia de investigación, pero la habrían encontrado en la VI Región", señaló Triviño. Lo que hizo sospechar a este investigador porteño fue que "La República" de Valparaíso, originalmente tenía una cadena en la mano izquierda, pero que fue robada antes de su desaparición. Y efectivamente la escultura encontrada en la Región de O'Higgins tampoco la tiene.
Sobre este caso, La Estrella de Valparaíso se comunicó con la Policía de Investigaciones de Santiago, que a través del Departamento de Comunicaciones informó que "por el momento no podemos confirmar nada. Apenas tengamos información nos referiremos".
Historia
La escultura perdida fue encargada por el intendente Francisco Echaurren a fines del siglo XIX. Estuvo en la plaza La República, que estaba ubicada donde hoy se encuentra la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso (UV) en Playa Ancha. Luego la trasladaron a la Rubén Darío y la rebautizaron como "Minerva", la diosa de la sabiduría. Esta figura forma parte del catálogo de la empresa francesa a la que también encargaron las estatuas de la plaza Victoria y era vendida como "El Comercio".