Cinthia Matus O.
Es un jueves de septiembre. En la galería Carrusel, en pleno centro de Viña del Mar, las peluqueras se asoman por las puertas de sus locales, intentando conseguir algún cliente. "¿Quiere consultar, dama? Le hacemos una atención", le dicen a las mujeres que ven subiendo por los pasillos.
Los únicos que no hacen esto son los barberos de origen colombiano, que replican los cortes que ofrecen en coloridas gigantografías. Los más solicitados son el "degradado alto" (undercut), que marca una línea en la mitad de la cabeza; y el "top knot", el moño que se forma con el pelo que el cliente se ha dejado crecer en la parte superior del casco.
Una peluquera los mira y comenta que, para ella y sus colegas antiguas, "la cosa no está tan buena". Y que por eso, muchas esperan a que den las cinco de la tarde.
"Como a esa hora viene un cabro bien encachado a prestar plata. Él hace el 'gota a gota'", susurra.
Préstamos en la web
El 28 de agosto, en la página de Facebook "Préstamos al instante, no se exige Dicom Viña del Mar y Santiago", un hombre que se identifica como Francisco Javier Rivera Chandía escribe lo siguiente: "Atención, nuevamente baja tasa de interés 2.29% para optar a un préstamo. Debe dejar como garantía una propiedad y además, debe sumar $600.000 por papeleos de tasador, abogado, notaría, etcétera. Si no los tiene, se fusiona al préstamo".
El hombre deja un número de contacto y La Estrella le escribe vía WhatsApp para pedirle más detalles sobre su publicación. Francisco Javier no tarda en responder y pega el mismo texto que publicó en Facebook.
-¿Y si la persona no tiene una propiedad?
-Nada que hacer.
-¿De cuánto es el préstamo?
-Por ley, máximo $5.300.000, pero depende del avalúo fiscal de la propiedad.
Los prestamistas
Templario Arcterix, administrador del grupo "Se busca empleos en Viña del Mar", cuenta que, en lo que va del año, ha eliminado 200 publicaciones de prestamistas informales. "Son tipos o mujeres, en su mayoría extranjeros, que usan nombres raros como alias. Como tengo un filtro de publicación, los elimino antes de aprobar sus comentarios en donde ofrecen dinero", explica.
Una de las últimas publicaciones que borró, decía: "Buenos días, señora y señor. Si usted necesita una financiación cuando se enfrenta a dificultades financieras, puede encontrarse obligado a pedir una ayuda financiera a un amigo, a un miembro de su familia o también a un particular. Es una situación siempre delicada pedir prestada una suma a un prójimo. Pues bien, no dude en contactarme para saber más sobre mis condiciones bien favorables".
Templario Arcterix, quien usa este apodo para administrar el mencionado fanpage, lamenta que haya usuarios que caigan dando sus datos personales. "Bueno, este tipo de publicaciones son diarias (...) Y siempre hay personas interesadas que algunos miembros reportan", sostiene.
Usura y gota a gota
Estos préstamos informales, que desconocidos ofrecen con intereses que no son autorizados por la banca, constituyen el delito de usura. La gente comúnmente los llama "gota a gota", pero el subprefecto Claudio González, jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos (Bridec) de Valparaíso, explica que hay una leve diferencia entre ambos conceptos.
"El gota a gota y la usura son dos cosas que, de alguna forma, funcionan de manera distinta. El usurero es alguien que te presta dinero o recursos y que a cambio te pide un cheque, una prenda o algo en garantía. En la eventualidad que tú no respondas, el usurero se hace acreedor de lo que tú le dejaste en prenda. Los gota a gota, en cambio, son un modelo copiado de Colombia, que necesariamente no te van a pedir algo en prenda, pero si tú no les pagas, generalmente llegan a los actos de violencia", detalla.
El jefe de la Bridec porteña afirma que, tanto el usurero como el gota a gota, son penados por el delito de "usura". Esto, porque independiente de las prendas que puedan solicitar o no, ambos están prestando dinero con altos intereses.
En cuanto a las denuncias, el subprefecto asegura que casi no hay, porque la persona que solicita estos dineros, asume los costos y actúa como cómplice. "Cuando llevas pagado el monto inicial unas 3 ó 4 veces, y todavía no logras avanzar ni una cuota en lo que tienes que devolver, se genera el delito de usura y lo denuncias. Pero la gente no es muy asidua a hacerlo", dice.
La Estrella, a través de la Ley de Transparencia, solicitó a Carabineros el número de denuncias y detenidos por el delito de usura en las comunas de Valparaíso y Viña del Mar. De esta forma, se informó que no hubo ningún caso durante el año 2017, ni de enero a agosto del 2018. Sí, de "otras infracciones a la ley del Banco Central" y de "otros delitos a la ley general de bancos", que en total suman 21 detenciones.
A la PDI se le solicitó por la misma vía esta información, pero cuando se cumplió el plazo, la institución pidió una prórroga, porque "se comprobó que existen circunstancias que hacen difícil reunir la información solicitada".
Sin embargo, durante este proceso, el subprefecto González consignó que desde mayo de 2017 a abril de 2018, hay siete denuncias a nivel regional que fueron derivadas a la Bridec de Valparaíso.
Desde el Poder Judicial se informó que en 2017 hubo cuatro causas por usura: dos en Viña del Mar, una en Valparaíso y una en Villa Alemana. De éstas, tres fueron terminadas por no perseverar en el procedimiento, y una, de Viña del Mar, por sobreseimiento definitivo. En 2018, sólo se registra una causa en febrero, que está en el Juzgado de Garantía de Viña del Mar.
Respecto a las comunas de Quilpué y Villa Alemana, no hay registro de denuncias recientes, pero una fuente oficial comentó en off que el hijo de un colectivero fue apuñalado por un gota a gota. "Son unos tipos que andan en moto y que alrededor del mediodía llegan al centro de Villa Alemana a cobrar", añadió.
Préstamos al 10%
Son las cinco de la tarde de un sábado de octubre. En la galería Carrusel, las peluqueras que pidieron dinero aguardan por el prestamista. "Algunas van a pagar $10 mil, otras $5 mil, diferentes montos, porque al final todo depende de cuánto pidieron", murmura la peluquera, que pide no identificarse, quien asegura que nunca ha pedido un peso.
Pasa una media hora y el prestamista, de nombre Carlos, que no debe superar el metro 60 de estatura, entra a un local con un cuaderno en la mano. Va acompañado de otro joven que casi no habla. "Yo lo único que sé es que las chiquillas piden plata porque no tienen para pagar el arriendo, para comprarle algo a sus hijos o para darse un gusto ellas mismas. Yo les digo que para qué se encalillan, que es peligroso", agrega la mujer.
Entre los años 2014 y 2016, el empresario M.A. tuvo un salón de belleza en esta misma galería. Se retiró porque dijo que "bajó el nivel" por la presencia de los prestamistas. "A las peluqueras antiguas que llevaban 20 o 30 años en la galería, les prestaron plata y se hizo una mafia de prestamistas al 10%. Después que me retiré supe que hubo problemas con los cobros, extorsiones, amenazas, etcétera", comentó a La Estrella.
Otra peluquera, que también pidió reserva de identidad, cuenta que trabajó un tiempo en la galería y que fue testigo de cómo funcionaban los préstamos. "Cuando yo trabajaba ahí, había unos prestamistas colombianos que había que pagarles por día, semanal o quincenal. Si tú pedías $50.000, tenías que pagar $3.000 diarios por 20 días. Si pedías $100.000, la cuota era de $6.000, también por 20 días. La gente recurría al crédito cuando la galería se ponía mala", manifiesta.
Actualmente el trato no ha variado mucho, por lo que quienes acuden a esta práctica terminan pagando entre 10 mil y 20 mil pesos extra.
El prestamista y su acompañante salen de la última peluquería y se dirigen a una de las barberías. Se quedan por unos minutos conversando con uno de los clientes y de ahí se retiran raudos de la galería. Nada los apura. Al día siguiente, la peluquera con la que hablamos llama por teléfono a La Estrella: "Me conseguí el número de Carlos, para que le pregunte cómo presta la plata".
"Una mafia"
Chat de WhatsApp, viernes, 12.00 horas.
-Hola, Carlos, muy buen día. Una de las chicas peluqueras de la galería me dio tu número de contacto porque quería preguntarte por un préstamo...
-Hola, buenos días. De qué galería, quién me habla, qué chica le dio mi número...
Carlos se queda en silencio leyendo las respuestas por algunos minutos, hasta que escribe: "Mmm no trabajo con eso yo".
A los días después, la peluquera se asoma en la entrada de su negocio y dice: "Bueno, ahora está el Carlos, que es el que yo ubico, y he visto pasar en un auto por Recreo... pero a principio de año, siempre llegan prestamistas nuevos a dejar sus tarjetas con números de contacto y que por supuesto yo rompo".
Otra locataria de la galería, que también colaboró de manera anónima para este reportaje, manifiesta: "Acá todos saben que hay prestamistas, porque es una mafia que ninguna autoridad detiene. A veces andan en grupos o en pareja. Incluso he visto que anda una mujer rubia cobrando plata. Yo nunca les he pedido dinero, porque me da miedo atrasarme y hay días en que la galería no se mueve mucho. A las chiquillas que se atreven a pedir, siempre les digo que lleven un registro del préstamo, porque pagan y pagan, y nunca saben hasta cuándo les dura la deuda".