Corte argentina ratifica la sentencia a Lucas Azcona
Negaron tercera apelación de la defensa, y ya no quedan más instancias.
Matías Valenzuela
El año 2016 se decretó el fallo, uno categórico: cadena perpetua para Lucas Azcona, el asesino de la porteña Nicole Sessarego. Pese a eso, el futuro del argentino no estaba sellado, pues aún había cabida para una apelación de la defensa para reducir la condena; esta posibilidad quedó descartada con la negativa de la corte argentina, así que deberá cumplir la condena íntegramente.
El fallo inicial del Tribunal Oral en lo Criminal número 15 de Buenos Aires, condenaba a Azcona a cadena perpetua e indicaba que el imputado no podría optar a beneficios antes de 35 años, pero aún había instancias legales para apelar, y la defensa lo hizo en tres ocasiones.
En estos recursos se volvieron a presentar los hechos, desde la perspectiva de la defensa de Azcona, para cambiar la condena. En el detalle, lo que se buscaba era procesar el hecho como un homicidio simple, en lugar de un femicidio por odio de género (el asesinato de la chilena fue el primer crimen calificado bajo esta figura en el derecho argentino). Con esto, se podía reducir la condena en ocho años, pero finalmente fue negado en lo que era la tercera oportunidad que se realizaba, y con esto, ya no quedan más instancias legales para apelar al fallo, de modo que Azcona deberá cumplir con los 35 años de presidio. A esto se debe sumar lo que puede fallar la Corte por los otros cuatro cargos que hay en su contra por ataques a distintas mujeres.
Tranquila
Shirley Borquez, la madre de Nicole Sessarego, se mostró conforme con la noticia, comentando que "ahora sí puedo estar más tranquila".
La mujer afirma que el abogado que acogió la causa, Julio Cisternas, la mantuvo informada durante todo este tiempo.
"El abogado me llamó para contarme que por tercera y última vez fue negada la apelación que hizo el abogado de Azcona, eran solo tres opciones, ahora no puede seguir intentando", cuenta.
Sobre sus impresiones ante la noticia, asegura que aunque su abogado le había explicado que era difícil que cambiara la sentencia, de todos modos mantenía dudas respecto de lo que podía pasar.
"Recién ahora lo doy por terminado, porque igual estaba la inquietud de que podía ceder un poco. Ellos querían cambiar lo del femicidio agravado y el odio de género. Yo sabía que como todo juicio había posibilidad de apelación, pero Julio (el abogado) me tranquilizaba, me explicaba que no había por donde, pero yo igual me preocupaba, ahora por fin terminó", manifestó.
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