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El contraste de San Luis y Unión La Calera

Dos clubes cuya historia está llena de vaivenes, tuvieron un 2018 que los encausó a destinos muy contrapuestos: la arena internacional para los cementeros y el descenso para los quillotanos.
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El caso del portero canario Ignacio González fue muy singular, porque su gran rendimiento bajo los tubos, lamentablemente, no fue representativo del nivel que dejó a San Luis en el último lugar del campeonato y descendido en la penúltima fecha.

El meta formado en Colo Colo llegó en su momento para reemplazar el vacío que dejó Matías Cano, pero el vacío que deja Nacho es aún más grande y ahora los hinchas quillotanos se preguntan quién podrá defender su arco en la B con una eficacia que al menos se le parezca.

Fue todo raro para González este año, ya que vió como su suplente, Nelson Espinoza, sí tuvo la opción de al menos ir a entrenar a Juan Pinto Durán, en una convocatoria del seleccionador Reinaldo Rueda que bendijo incluso a otros arqueros suplentes, pero que nunca consideró al titular de la portería sanluisina, pese a que fecha a fecha sus tapadas y contorsiones salvaban a San Luis o lo libraban de debacles mayores.

No alcanzó

Otro dolor para Nacho González es que, con sus grandes presentaciones, no fue suficiente para ayudar a mantener al equipo en la categoría, claro que su futuro se ve pletórico de ofertas, por lo que sus palabras suenan a despedida. "Yo hice todo lo que estaba a mi alcance para responder a la oportunidad que me estaban brindando, entrené en las tardes solo para mejorar aspectos del juego, jugué con un esguince en el codo el último partido", recordó el golero, quien cuando expiró el año futbolístico y su contrato en San Luis, comenta que que "es una pena por todo lo que vivimos, pero hay que agradecer a la gente porque apoyó hasta el último partido, hay que pedirle disculpas también. Pero yo me voy con la frente en alto y puedo mirar a cualquiera a la cara".

El portero recordó que hace unas temporadas ya tuvo un año muy destacado en Deportes Copiapó, "donde tuve un record de penales atajados, pero me faltaban oportunidades (en Primera) y en San Luis las tuve y las aproveché. Por eso me voy contento, pero este es un deporte colectivo, y lamentablemente no se consiguió el objetivo".

Ignacio González resumió así un año de contrastes. El futuro a él le sonreirá, mientras San Luis deberá partir su periplo por el Ascenso buscando un nuevo portero que de garantías en una Primera B que se vendrá muy dura en 2019.