Nicole Valverde S.
Durante estas semanas por fin podría terminarse el calvario para Fernando Candia y Felipe Osiadacz, los chilenos que han pasado dos años en prisión en Malasia luego de ser acusados del homicidio de Yusaini Bin Ishak.
Es importante señalar que a la condena de dos años se le restaron los quince meses que ya pasaron en prisión, a los que se les descontarían más días producto de su buena conducta. En una primera instancia los jóvenes podrían haber quedado en libertad mañana, pero una apelación de última hora de la Fiscalía de Malasia en torno a la condena de Felipe y Fernando podría hacer que la salida de los jóvenes chilenos se retrasara varios días.
Compleja situación
La situación de ambos compatriotas detenidos y encarcelados en Malasia, no dejó indiferente a nadie. Incluso los medios de comunicación nacionales e internacionales entregaron una completa cobertura a la noticia.
La Estrella se comunicó con el académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás, Alfredo Sherrington, quien analiza las consecuencias que ésta compleja experiencia podría dejar en ambos jóvenes y cómo ellos deberán volverse a readaptar sus respectivas vidas cotidianas.
"En general uno pudiese plantear un tipo de daño sicológico de acuerdo a lo que en nuestra cultura significa la sanción de una pena. Por ejemplo, acá no tenemos pena de muerte, y el haber estado enfrentados a esa situación pudiese generar trastornos asociados a lo que es el estrés post traumático, y en las áreas emocionales de la adaptación", explica Sherrington.
Y agrega: "La pena de muerte no está dentro de nuestros parámetros, y ellos tuvieron que vivir esa situación y esa angustia de saber que podrían ser condenados a muerte, y por eso el tema también generó tanta noticia".
Volver a la realidad
Por otro lado, el académico añade que al volver a la realidad, ellos se verán enfrentados a dos temas: "Primero, legalmente ellos aparecen como que cometieron un delito. Eso va más allá de si fueron o no fueron. Entonces por la situación que ellos vivieron van a estar presionados a dar a conocer cómo fue esa experiencia".
Agrega que además ambos jóvenes deberán "recontar constantemente la situación, la cual tiene dos enfoques: si se hace mal, se les va a sobre exponer y eso les puede traumatizar aún más todavía. Y si se hace de buena manera, por el contrario, puede ser un catalizador para permitir hablar y votar toda esa carga".
Redes de apoyo
En ese contexto, el profesional recomienda que ambos jóvenes sean sometidos a terapia, así como también para cualquier persona que ha sido sancionada en el tema legal.
"En Chile existen fundaciones y programas que apoyan los procesos de reinserción social. Porque aquí en Chile las personas que han sido sancionadas legalmente sufren una exclusión social, laboral, incluso familiar". Y concluye: "No obstante, ahí es donde las redes de apoyo social son las que permiten de alguna manera salir adelante. Y ahí la familia y los amigos son los que cumplen ese rol protector y de desarrollo".