Un grupo de ocho sujetos que se movilizaban a bordo de dos vehículos tipo station wagon protagonizaron un violento alunizaje en Viña del Mar.

Cerca de las 03.00 de la madrugada los antisociales que actuaron con sus rostros cubiertos, llegaron a bordo de dos vehículos y utilizando el método del alunizaje, fracturaron la puerta de una oficina del servicentro Shell ubicado en Camino Real N° 1990 en Recreo.

Tras esto, los antisociales amarraron con un lazo de acero la caja fuerte que se encontraba al interior de esta oficina y mediante la fuerza lograron desprenderla de su base, sustrayendo dicha especie.

Una vez cometido el robo, los delincuentes escaparon del lugar, arrojando "miguelitos" a la calzada para impedir que las patrullas policiales les dieran alcance.

El trabajador que se encontraba al momento del atraco, identificado como el playanchino R.S.S.F., de 41 años, logró dar aviso a carabineros de la Tenencia Recreo, los que raudamente llegaron al sitio del suceso. El empleado manifestó desconocer la cantidad de dinero que había en el interior del dispensador de dinero. Carabineros dio cuenta del hecho al fiscal de turno Fernando Hood, quien instruyó la concurrencia de un equipo especializado de la policía uniformada para efectuar las pericias y diligencias de la especialidad.

Cinthia Matus O.

En 2013, el villalemanino Álvaro Jara llegó a vivir al condominio Los Robles de Peñablanca. Como su casa queda al lado del centro de eventos Verde Mostaza, el dueño del recinto lo buscó para que hicieran una prueba de sonido. "Me dijo que no quería molestarme con los ruidos en la terraza y me propuso que hiciéramos una prueba. Todo salió bien, así que nunca le reclamé por el volumen de la música o los animadores", cuenta Jara.

Los problemas comenzaron hace un año y medio, cuando el mencionado dueño vendió la patente y el centro de eventos se puso a realizar, según el relato del vecino, actividades todos los días y a todo volumen. "La cosa cambió radicalmente con el nuevo dueño. En la mañana parten con una risoterapia, después en el almuerzo paran un rato y en la tarde siguen con actividades recreativas y bulliciosas. En las noches hacen licenciaturas y matrimonios, todo con un volumen altísimo. Incluso hacen concursos de gritos de Tarzán que ni siquiera me dejan escuchar la televisión, estoy cansado", denuncia Jara.

Guerra desatada

El vecino asegura que en reiteradas ocasiones llamó al administrador para pedirle que bajara el volumen. "Siempre respondió con el discurso de la disposición. Me decía '¿ahí está bien el volumen?', pero no le bajaba y seguía sonando igual. Después contacté dos veces al departamento de Medioambiente de la municipalidad y vino un técnico a mi casa a hacer la medición de ruido. También hablé con el alcalde y me sugirió que pusiera una demanda, pero no tengo recursos para gastar en eso", comenta.

Al final, Álvaro Jara decidió declararle la guerra al centro. "Como ya no le bajaron el volumen y el animador me molesta gritando '¡díganle al vecino que no le vamos a bajar!', en la desesperación puse un parlante con música picante y les arruiné dos licenciaturas. Espero que con esta denuncia recapaciten, porque los otros vecinos también están aburridos", manifestó.

Pedro Olivares, administrador del Verde Mostaza, dijo que tenía autorización para realizar los eventos, pero que ha tomado en cuenta la denuncia de Álvaro Jara. "El vecino se compró un parlante grande y lo cuelga en la pandereta que colinda con ambos recintos. Empieza a poner música inapropiada en medio de las graduaciones. Nosotros estamos en la norma en el día y levemente pasados en la noche, pero estamos trabajando en medidas paliativas, para no molestar", afirmó. Y agregó: "(Al vecino) le molesta cuando el maestro de ceremonias da la bienvenida, porque cuando estamos en el salón, el ruido está mucho más bajo".