Feria navideña genera división y polémica en calle Uruguay
Comerciantes establecidos están furioso porque stands les tapan el acceso a sus locales. Vecinos temen que haya una emergencia y los bomberos no puedan llegar. En la otra cara, locatarios celebran su nueva ubicación.
Cuatro años lleva cerrada la plaza O'Higgins, prácticamente el mismo tiempo que los locatarios de la feria navideña que antes se instalaba en su interior han deambulado por distintas calles de Valparaíso. El año pasado hicieron ruido porque trabajaron en la plaza Victoria y ahora su funcionamiento otra vez genera polémica, ya que la municipalidad autorizó su instalación en la calzada de avenida Uruguay, entre Independencia y Pedro Montt.
Si bien esta determinación tiene satisfechos a los miembros de los tres sindicatos que conforman la feria, dejó furiosos a los comerciantes establecidos de Uruguay, quienes aseguran que sus ventas han caído considerablemente y, al mismo tiempo, ha aumentado la delincuencia en el barrio.
Pero ellos no son los únicos molestos. La línea de colectivos N°13, que va al cerro Merced y que antes se instalaba en vereda de la plaza, por Victoria, ahora comparte espacio con otras dos empresas en calle Morris (El Litre y otra del cerro Merced), lo que ha generado molestias entre los conductores. Entre ellos se cuenta Omar Vargas, quien advirtió que "como somos tantos tenemos que estar estacionados en doble fila y eso nos ha traído problemas, se arma mucha congestión porque es muy pequeño el espacio que tenemos".
La dirección de Tránsido de la municipalidad además desvió el recorrido de la micro "B", que ahora avanza por Simón Bolívar para ir al cerro Las Cañas y también toma Morris para seguir rumbo a Pedro Montt.
Decisión unilateral
Así, en la misma arteria, y en apenas tres cuadras, conviven residentes, comerciantes establecidos, los ambulantes que siempre están en las veredas de Uruguay, los vendedores de los tradicionales "carros amarillos" y los 340 puestos de la feria navideña.
Los comerciantes tradicionales se sienten invadidos y aseguran que la municipalidad porteña no los consultó antes de definir los espacios. "Nos pasaron a llevar a todos", aseguró Alejandro Yapur, quien hace veinte años tiene la tienda de electrónica Jure.
El empresario continúa: "Cómo se les ocurre ponerme al frente la parte trasera de los puestos de la feria. Me taparon la vitrina. Apenas nos avisaron diez días antes y eso no puede ser. Nosotros pagamos arriendo, personal, servicios básicos...".
Al mediodía de ayer, la vereda oeste de Uruguay, como nunca, estaba expedita. "Si ahora no anda nadie, todos pasan por el centro de la feria", advierte Yapur.
Los dueños de la joyería Greenfield, con más de 50 años en Uruguay, aseguran que las ventas bajaron a la mitad desde que se instaló la feria. José Arellano destaca que "nos dejaron encerrados, no hay dónde estacionar y así la clientela no viene. Está muy estrecho y los carabineros no pasan nunca por acá. No dejaron ni una pasada de una vereda a otra".
Marcela, hermana de José, asegura que el miércoles, a la hora del temblor, "fue terrible, toda la gente salió de los negocios y no se podía pasar. Imagínese si hay un incendio, ¿por dónde pasan los vehículos de emergencia?".
Una cocinera de un restaurante del sector, que prefirió no identificarse, aseguró que "ahora andan más lanzas. El mismo día que partió la feria asaltaron a dos personas acá afuera".
Es sabido que Uruguay y sus alrededores son complicados por la delincuencia. Al respecto, el mayor de la Segunda Comisaría, Marco Jiménez, dijo que como parte del programa "Navidad Segura" se están realizando servicios especiales en el sector, pero que hasta ahora no se ha percibido un aumento de denuncias. "Navidad Segura" tiene como objetivo aumentar los controles preventivos tanto de personas como de vehículos.
Sin paso a proveedores
En la vereda del frente, entre Independencia y Victoria, donde hace años se instalan los ambulantes, está la panadería Villanelo. El administrador, Marcelino Valenzuela, también se queja porque la feria bloqueó el acceso al público: "Los stands de la feria están en toda la cuadra, entonces la gente que camina por ahí no puede pasar a la panadería, no hay un tránsito fluido".
Valenzuela manifiesta además que tienen problemas para recibir los insumos para hacer panes y pasteles: "Nos complica la carga y descarga de productos. Tenemos proveedores que nos traen harina, leña, toda la materia prima".
Más hacia Pedro Montt la situación no cambia tanto. Fabiano Órdenes es dueño de la tienda de ropa infanti Yaniloren -ubicada a un costado del Teatro Municipal- y se lamenta: "Nos quitaron el paso del público, porque ahora las personas no andan por la vereda sino que por el centro de la feria y eso nos perjudica. Así, ahora no sólo tenemos que lidiar con los ambulantes que no pagan impuesto, es mucho".
Si hasta los vendedores de herramientas, de los tradicionales carros amarillos, dicen que lo están pasando mal. Manuel Monteiro señala que "ellos son comerciantes igual que nosotros y eso está bien, el problema es que nosotros quedamos como escondidos, no nos vemos. El público ya no pasa por la vereda".
Felices en la feria
En el otro lado de la moneda, los locatarios de la feria están felices con la ubicación que les dieron este año. Yarella Ríos tiene un puesto de ropa y asegura que, después de estar de un lado a otro, por fin se sienten cómodos. "Además está segura la feria, con la presencia de los guardias la gente se siente a gusto y pueden venir con tranquilidad. Los socios teníamos miedo, porque hacemos una fuerte inversión y temíamos que nos robaran", destaca. Por su parte, Juan López, presidente del sindicato Belén -que tiene 55 socios-, reconoce que "ha generado un impacto social esto, por el cierre de las calles, pero tenemos un permiso para trabajar en la plaza O'Higgins y hace cuatro años que nos sacaron y nos han tirado a diferentes partes y no hemos estado muy bien. Ahora estamos cerca de nuestra plaza y tenemos mucha seguridad. Tenemos diez guardias de día y quince de noche". Los mismos guardias, desde que partió la feria el 27 de noviembre, han entregado a 8 antisociales a carabineros. En cuanto a la inversión de cada locatario, López dice que por permiso, pago de guardias y otros detalles, los socios pagan entre $200 mil y $280 mil, a lo que se debe sumar lo que cada uno invierte en mercadería. La feria navideña estará abierta hasta el 25 de diciembre y el 26 será el desarme.