Escuela Especial Las Dalias de Viña: lo bueno de ser diferentes
De la mano de la ONG Brotar y sus "Talleres de Cine Arriba", 17 estudiantes de este establecimiento educacional realizaron un cortometraje sobre el bullying titulado "Escuela de Héroes".
Redacción - La Estrella de Valparaíso
Es un día de calor inusual en Viña del Mar. El reloj marca las 10 de la mañana y José ya está ingresando a su querida escuela Las Dalias en el sector alto de la ciudad jardín. Vive a pocas cuadras, a no más de una quebrada de distancia. La caminata bajo el sol no afectó en lo más mínimo su impecable terno negro y corbata roja que eligió vestir. Es un día especial. El más especial de sus 16 años de vida, nos dirá más adelante.
En la escuela ya está Francisca. Llegó muy temprano como es habitual. A sus 16 años ya es experta tomando locomoción. Su periplo diario es inimaginable: debe bajar su cerro desde el sector de Glorias Navales, atravesar Viña y volver a subir más cerros para llegar a clases. "Estoy nerviosa" nos confiesa. Su cabello azabache brilla como nunca bajo el sol en el patio de la escuela.
El salón de la escuela ya está repleto de estudiantes, familias, docentes y apoderados. En pocos minutos partirá el anhelado estreno de "Escuela de Héroes" el cortometraje que realizaron de manera íntegra 17 estudiantes de la escuela. Será primera vez que verán su trabajo cinematográfico terminado, y en pantalla grande.
El Centro Educativo Integral y Capacitación Laboral Las Dalias, perteneciente a la Fundación Educacional Coanil "Educa", atiende a niños, niñas y jóvenes con discapacidad intelectual, y múltiples déficit asociados, tanto sensoriales como motores y/o conductuales, el desafío de brindarles educación de calidad es permanente, y lo hacen a través de experiencias significativas que les permitan mejorar en algunos aspectos su calidad de vida.
Y fue en ese contexto, de brindar experiencias educativas integrales, que la escuela decidió este año abrir las puertas a los "Talleres de Cine Arriba" de la ONG Brotar, iniciativa financiada por el Primer Concurso FNDR 2018 del Gobierno Regional de Valparaíso, que permitió que estudiantes entre 9 y 16 años, conocieran el cine como una ventana de expresión de nuevas miradas.
En más de 20 sesiones de taller, los niños asistentes crearon el cortometraje "Escuela de Héroes", usando técnicas del Stop Motion y Ficción.
José fue el guionista. Francisca la actriz protagónica.
José construyó la historia basándose en experiencias personales, en su imaginario y cotidiano vivir. Su idea era contar cómo viven el bullying y cómo se contienen como compañeros. Nos precisa, "fuimos creando la historia entre todos, este mensaje es importante porque no se puede molestar a otros. Me gustó crear escenas con fotos. Sacamos hartas fotos bajo la luz y luego íbamos creando la película."
Faltan pocos minutos para que inicie el estreno del cortometraje y Cheriel Parrao, jefa de UTP de la Escuela Especial Las Dalias de Viña del Mar, nos cuenta que en los 41 años de historia del plantel educativo, es primera vez que se realiza un taller de cine. "Hemos visto a nuestros estudiantes contentos, muy motivados. Este taller nos permitió conocer sus puntos de vista, saber cómo se sienten, cómo se paran frente al mundo. Hemos conocido sus talentos 'ocultos'. A través del cine hemos visto que ellos deciden lo que desean expresar."
Francisca toma posición en primera fila para no perder detalle. Se sienta entre dos compañeras. Su madre no pudo acompañarla. Trabaja en un puesto de la feria y debe trabajar de lunes a lunes. Francisca nos dice que más tarde verán la película en internet en el teléfono.
José se ubica en el fondo del salón. Está inquieto. Junto a su cuidadora está sentado su padre. Hace cuatro años que no acudía a la escuela. José entrelaza sus dedos y aprieta sus manos. La condición psiquiátrica de su padre le ha impedido llevar una vida familiar junto a él. Por esa razón José vive con cuidadora. Cruzaron miradas y se saludaron asintiendo mutuamente con la cabeza. Ninguno se ha atrevido a hablar. Las profesoras miran la escena con atención para resguardo de José.
Se apagan las luces y comienza la proyección. En el salón las sillas ya no son suficientes. Nadie quiere perderse el gran estreno.
Ocho minutos y medio de cortometraje y la ovación no se hace esperar. Los aplausos no cesan. El estreno ha sido un éxito.
Carolina Aninat, directora del establecimiento, muy emocionada nos cuenta, "estamos sorprendidos con la calidad del cortometraje, ¡está para pasarlo en el cine! Con este tipo de experiencias nos damos cuenta que la discapacidad intelectual no tiene nada que ver con las habilidades que tienen nuestros estudiantes. Actuaron increíble, grabaron con cámaras, movieron luces, editaron en computadores, trabajaron en equipo de manera muy colaborativa. Incluso esto les permitió hacer nuevas amistades porque se conocieron en otro contexto en la escuela. El bullying es una realidad. Ellos sienten mayor discriminación por tener discapacidad. El bullying que vemos en la película no se da en la escuela pero es lo que ellos viven en el resto de la sociedad."
Se repiten los aplausos y lentamente abandonamos el salón. Debemos dirigirnos al patio central porque les entregarán diplomas y premios a todos quienes participaron del taller de cine.
Al salir, Paz, la mamá de Juan Pablo, co protagonista del cortometraje, señala, "para el otro año mi hijo ya me pidió una cámara porque quiere hacer más películas. Algunas sesiones de taller fueron los días sábado y mi hijo a las ocho de la mañana ya estaba en pie pidiéndome que lo trajera a la escuela para hacer cine."
Francisca, sonríe ya más tranquila. "Me gustó ver la película. No me costó actuar, fue fácil. Lo que más me gustó fue cuando grabábamos. Me gustó que grabamos todos juntos sin pelear".
En la puerta del salón nos encontramos con el papá de José. Le preguntamos qué le pareció el estreno. "Excelente la película", nos dice, "fue algo muy lindo y maravilloso. Me siento orgulloso de mi hijo, con ganas de llorar por tanta alegría". Justo en ese instante José se nos acerca. Escucha las palabras de su padre y se emociona. Cruzan miradas nuevamente. No logran abrazarse. Pero en esa mirada superan el silencio de cuatro años. La distancia impuesta en sus vidas por escenarios psiquiátricos y neurológicos que les tocó vivir.
José seca sus lágrimas y nos dice que se siente muy contento. "Estoy feliz, nos resultó todo bien. Estoy feliz por haber participado en hacer la película."
Acomoda su corbata y camina rápido al patio para recibir su merecida distinción.
Susana, la profesora de José y Francisca, los acomoda para que todos salgan en la foto final. Luego en bambalinas nos confiesa que "fue súper emocionante ver sus caritas cuando se proyectó la película en pantalla grande. Así como los vimos en la película es tal cual como son ellos, actuaron muy naturales. Fue hermoso verlos tan motivados por opinar y por querer contar sus historias. El cine debería estar en todas las escuelas."
Cine en todas las escuelas. Nos queda esa frase resonando en el corazón. Y es que el cine provoca cosas impensadas. Construye amistad, trabajo en equipo, reduce distancias, permite dar vida a la creatividad y al talento.