Francisca Palma Schiller - La Estrella de Valparaíso
En un mundo cada vez más individualista existen personas, como Hipólito Morales, que recuperan espacios públicos para los porteños y turistas que llegan a la ciudad de Valparaíso.
El "Polo", marino mercante de profesión, dejó el mar para volver a la tierra de la mejor manera posible: limpiando y adornando una quebrada. La autogestión y la iniciativa son parte de él, es por eso que ha generado que se recupere una zona que en su pasado fue un basural.
"Todo eso estaba lleno de basura y yo empecé a limpiar y a colocar palmeras, aunque en un principio me las robaron. Las compré nuevamente y empezaron a crecer las plantas. Después empecé a sacar la basura desde abajo, con gente que me cooperó sacamos de todo. Coloqué más plantitas luego de eso y puse bicicletas de familiares colgando en los troncos", dijo.
Desde cero
El Pasaje Dighero, ubicado en el Cerro La Loma de la Ciudad Puerto, parece silencioso en medio de la ajetreada Avenida Alemania. En una de las casas vive Hipólito Morales hace 30 años; sencillo y amable es la personalidad que deja entrever. Con esa sencillez recurrió a sus propios recursos para convertir un espacio abandonado en un mirador. Hoy ya tiene estatuas de la Escuela de Bellas Artes, cuadros e incluso, un lavamanos.
"Me levanto a las 6.30 de la mañana y espero que aclare para empezar a regar. Todo lo que he hecho es mejorar este espacio, vienen los niños a pasear y en el año nuevo viene gente porque hay una vista preciosa. Esto ha sido un trabajo en solitario", nos contó Polo.
A pesar de ser muy crítico con los porteños no pierde las ganas y el entusiasmo por seguir trabajando allí. "Aquí la gente no toma ni una escoba, ni una pala, gente que nació acá y no limpia, es un deber cuidar nuestro entorno. Ya ha venido gente a ayudar, pero hay que seguir avanzando", enfatizó.
Actualmente, Polo está esperando cooperación de la Municipalidad y más estatuas, además hace un llamado a querer y a cuidar Valparaíso: "A veces no queremos a nuestra ciudad y es tan bonita".
Remuneración
El pago por este trabajo es la satisfacción personal. "El hecho que vengan los turistas y comiencen a sacar fotografías; con eso yo ya estoy pagado. Que vengan los niños, gente en sillas de ruedas y miren el espectáculo para mi es suficiente", reflexiona Hipólito.
Apenas llegó al barrio decidió hacer algo por el entorno, ya que se considera un artista y con un pensamiento libre por lo tanto, sintió un deber con el pasaje.
La historia
"Este es el Mirador de Dighero, en homenaje al caballero que incentivó la idea de los fuegos artificiales en Valparaíso. Yo pude conocer a sus hijas que les gustó esta idea", comentó.
Cabe destacar que Ernesto Dighero fue un hombre clave para el show pirotécnico de la bahía de Valparaíso. Fue en 1952 que el doctor Dighero le propuso al director de la Liga Marítima de Chile hacer un lanzamiento de fuegos artificiales desde el borde costero para celebrar el nuevo año; dicho espectáculo realizado en diciembre duró 4 minutos. En honor a este visionario es que este pasaje lleva su nombre.
En estos momentos, este mercante confía en la respuesta de las autoridades de Valparaíso para desmalezar algunos árboles que aún se encuentran estorbando la zona. "Yo me siento contento y feliz de que hice algo en una espacio en donde nadie tiene iniciativa", fueron sus reflexiones finales al respecto.
"El hecho que vengan los turistas y comiencen a sacar fotografías, con eso yo ya estoy pagado".
Hipólito Morales."
30 años lleva viviendo el "Polo" en el Pasaje Dighero.