Marcela Guajardo Pérez - La Estrella de Valparaíso
En un mundo donde el carrete termina con decenas de botellas vacías y colillas de cigarro por doquier, donde la gente no se preocupa de sus desperdicios y bota papeles en el suelo, un niño de tan solo 11 años hace la diferencia y se dedica a mantener la naturaleza libre de basura.
No usa capa o máscara, pero sí un saco, el que llena de todos los restos que otras personas dejan atrás de manera irresponsable.
El descubrimiento de este mini "Capitán Planeta" lo hizo Héctor Ponce, quien lo vio un día recogiendo basura en un sector de bosques, cerca del Hospital de Peñablanca.
"Eran como las tres de la tarde cuando lo vimos. Nos acercamos para hablar con él y nos comentó que no le gustaba ver todo cochino así que decidió recoger la basura. Yo lo encontré increíble y cuando hablé con su papá, lo felicité por tener un hijo comprometido con el medio ambiente", asegura.
Su nombre es Sebastián Mattensohn y pasó a sexto básico en el colegio Nuestra Señora de las Mercedes de Quilpué.
"Ese día yo andaba en bicicleta tranquilo, contemplando el paisaje de Villa Alemana hasta que me di cuenta de que estaba todo lleno de basura. Me devolví a mi casa, encontré un saco y fui limpiando. Recogí 40 encendedores y hartas botellas y colillas de cigarros", cuenta Sebastián.
La acción de este niño fue compartida por Héctor Ponce a través de las redes sociales, provocando una positiva reacción entre las personas que se asombraron con la preocupación de Sebastián con su entorno. Pero para él, es parte de su rutina.
"Siempre lo hago y lo voy a seguir haciendo", asegura con la tranquilidad de los héroes que tienen clara su misión.
Preocupación
Sus padres están sorprendidos con la reacción en las redes sociales, pero comentan que Sebastián siempre ha mostrado preocupación por el medio ambiente y por su entorno.
"Desde chico que se ha mostrado interesado en este tema. Ahora tenemos una compostera y él se preocupa en desechar las cáscaras de huevo y otros residuos", dice su mamá Daniela Fernández.
"Siempre le hemos dicho a nuestros hijos que los papeles van en el bolsillo, no en la calle. Y él sabe que la basura puede terminar sirviendo de combustible para los incendios", afirma Gunther Mattensohn, su papá.
Precisamente la ocurrencia de incendios forestales en el sector de Peñablanca durante las últimas semanas hace crecer la inquietud de Sebastián. Sus padres cuentan que cuando vivieron en Valparaíso fueron testigos de un gran incendio y eso quedó grabado en la mente del niño.
"La gente contamina y eso está muy mal porque provoca incendios o puede pasar lo que ocurre en Quintero", asegura el pequeño Sebastián.
Basurales
La familia de Sebastián está preocupada por el sector donde viven, rodeado de un entorno natural, pero que por la irresponsabilidad de algunas personas puede quedar expuesto a la propagación de las llamas.
"En las noches escuchamos los autos con la música fuerte y al otro día aparece la basura. Pero en el día este lugar es muy bonito, las familias llegan a andar en bicicleta e incluso hay una iniciativa para hacer ejercicio ahí aprovechando las áreas verdes", cuenta la mamá de Sebastián.
Una semana antes, el municipio de Villa Alemana había retirado cerca de 10m3 del mismo sector. Cuando supieron de la labor de Sebastián, acudieron nuevamente y recopilaron 10 kilos más. "Pareciera que no hay esfuerzo suficiente", comenta el alcalde José Sabat.
Una labor que podría inspirar a muchos a no fomentar los microbasurales en sectores forestales o hacer lo mismo que este niño, que se dedica a limpiar en vez de estar disfrutando de sus vacaciones.