Este mes se cumplió un nuevo aniversario de la explosión ocurrida en 2007 en calle Serrano de Valparaíso. Todos apuntaron a la nula mantención de las redes, por parte de las empresas de servicios correspondientes, pero como lo que no pasa en mil años puede suceder de un segundo a otro, me gustaría saber o que alguien me explicara, si Bomberos o cualquier institución de emergencia, qué pasaría si nuevamente ocurriera un incendio en la citada arteria en donde no sólo se estrechó la calzada, sino que se colocaron topes metálicos sobre base de cemento en la acera y para sumar, no hay grifos suficientes. Por mi parte veo difícil el acceso a más de un carro bomba y a la vez de ambulancias si la situación lo ameritara. Como podrán notar, en una ciudad en donde el parque automotriz crece, se mantiene la idea de las calles estrachas, estranguladas o cerradas y sumado a esto, la constante amenaza de incendios estructurales a gran escala. Esto demuestra que a pesar del gran incendio que hubo hace doce años con la consecuente pérdida de vidas y de patrimonio, no se ha aprendido la lección.

Lautaron Triviño H.

Nuevamente la restauración del Palacio Subercaseaux ha quedado en punto muerto, pues la Empresa Portuaria de Valparaíso desistió en el plan de levantar ahí su edificio corporativo. Nuevamente perdió Valparaíso.

Mientras la ciudadanía siga delegando todos los problemas en el Estado, perseverarán problemas como los perros vagos, los rayados callejeros, los pésimos olores y la basura. También se seguirá alejando la inversión. Hay que partir por casa, no podemos esperar grandes obras de restauración si antes no podemos resolver los problemas cotidianos de la comunidad porteña.

Ya es tiempo de convertir a Valparaíso una ciudad amigable, sobre todo con quienes aportan directa o indirectamente en el desarrollo de la comuna, ya sean inversores, turistas o simplemente transeúntes. Aquí somos todos necesarios, todo grano de arena sirve.

Mauricio Faúndez Peric