"Suspiria"

De tanto en tanto aparecen en la cartelera de las salas comerciales de cine películas que se salen de los cánones habituales y que dejan perplejos a los espectadores, por distintas razones.

A la mayoría porque no les resulta fácil digerir una cinta que la promocionan como de terror, pero que la verdad es cine de autor. Y a los menos, porque es toda una sorpresa encontrarse con una cinta interesante y cargada de símbolos en la monótona y rutinaria programación de las grandes distribuidoras.

Todo esto a partir del estreno de "Suspiria" (2018), cinta dirigida y producida por el cineasta italiano Luca Guadagnino, quien era conocido en Chile por sus dos anteriores largometrajes: "A Bigger Splash" (2015) y "Call Me by Your Name" (2017). Guadagnino, de 47 años, había dirigido previamente tres filmes: "Los Protagonistas" (1999), "Melissa P" (2005) y "Soy el Amor" (2009), de muy buena crítica.

"Suspiria" está ambientada en Berlín Occidental, en la época en que aún existía el Muro; por lo cual se desprende que son fines de los '70. La acción ocurre principalmente en la Escuela y Compañía de Danza moderna Markos, una de las más prestigiosas del mundo y que se encuentra a un costado del Muro, el cual muestra rayados políticos. Allí llega a audicionar Susie (Dakota Johnson), una bailarina estadounidense, la cual sorprende desde el primer momento por su técnica y pasión a la directora, Madame Blanc (Tilda Swinton), produciéndose entre ambas una intensa relación. Esta escuela es un gran misterio y ocupa todo el edificio, donde viven alumnas y profesoras. De hecho recientemente ha desaparecido una de las estudiantes, Patricia (Chloé Grace Moretz), cuya presencia rondará todo el filme. Este lugar es el centro de la cinta, con los extraños ritos y conversaciones de las maestras; y sobre todo con los ensayos de las intensas coreografías de Blanc, en las cuales rápidamente Susie tomará un rol protagónico y cargado de resonancias sobrenaturales.

Luego, la cinta va tomando un ritmo cada vez más acelerado, en que el espectador intuye que se va preparando el desenlace. Y la verdad es que éste no decepciona: la danza final del sacrificio, plagada de símbolos oscuros, estremece por su violencia contenida y sus múltiples interpretaciones.