Ante ciertas inexactitudes publicadas en la página 2 de su matutino de fecha 9 de febrero, y referidas a mercadería transportada por nuestra empresa Transmarko que llegó descompuesta a Juan Fernández, queremos expresar:

1) Es efectivo que hubo un incidente que provocó que una parte de la carga llegara mojada a Juan Fernández, tal como lo reconoció la empresa en su momento, asumiendo la responsabilidad y los costos.

2) No es efectivo que desde 2014 la empresa ha presentado severas negligencias con la carga; ha habido eventos menores, claro, muchos fortuitos, pero no para otorgar ese calificativo.

3) En esta ocasión, el daño registrado representa menos del 6% del total de la carga transportada en dicho viaje.

4) En los más de 50 años que nos dedicamos al transporte marítimo, hemos mantenido un alto compromiso con nuestros usuarios, respondiendo rápida y eficazmente ante eventualidades derivadas de nuestro quehacer, y esta vez no ha sido la excepción, enviando en la barcaza Kavala de la empresa las primeras reposiciones de la carga.

5) Queremos aclarar que somos una compañía naviera; no tenemos aviones como se señala erróneamente en la nota.

Departamento de Comunicaciones Transmarko

Qué duda cabe que por todo lo leído y visto en nuestro Chile, la presencia del nepotismo, cuoteo político, pitutismo, amiguismo y de todas las combinaciones posibles entre ellos, constituyen la peor lacra que una sociedad pueda tener, sea del lado político que sea, sin distinción. Los funestos objetivos son los mismos, los ejemplos sobran, los nombramientos de parientes, amigos, por afinidad política partidista en cargos públicos hacen nata. Nadie puede dudar que ,en la mayoría de los casos, los parientes, los amigos, los apitutados, cuentan con los respaldos para ejercer su pega para la cual son designado(a)s, pero por la transparencia, palabra repetida hasta el hartazgo, por ningún motivo correspondería materializar sus cuestionados nombramientos, toda vez que existen miles de chilenos que tienen los respaldos más que suficientes para ejercer los cargos en cuestión, pero no tienen ningún "santo en el Gobierno de turno".

Luis Enrique Soler Milla