Nicolás Arancibia Bórquez

Más de ocho mil wanderinos se apostaron al mediodía de ayer en las gradas del Elías Figueroa Brander para presenciar el debut oficial de Santiago Wanderers en el 2019. El Decano, sin embargo, estuvo lejos de ofrecer el espectáculo futbolístico al que acostumbró al hincha durante el segundo semestre de 2018, y terminó igualando sin goles frente a Rangers en un partido que dejó sensaciones más malas que buenas.

Con los mismos once nombres con los que hace una semana se había derrotado a O'Higgins, y con la reaparición del mítico loro del club en la previa del compromiso, el cuadro de Miguel Ramírez saltó a la cancha del coloso de Playa Ancha en búsqueda de sus primeros tres puntos del torneo. Enzo Gutiérrez, en su nueva posición cargada hacia la izquierda, tuvo la primera chance de gol en los primeros segundos de partido, sin embargo remató a las nubes luego de haberse sacado de buena forma a dos defensores forasteros.

Tras aquel prometedor inicio, sin embargo, el duelo entró en un letargo bajo las instrucciones de Cristian Arán, técnico de los talquinos. Rangers se paró en su propia cancha a esperar a los porteños, creando un murallón que el plantel verde no pudo sobrepasar con inteligencia en ningún momento del partido. La visita, por otro lado, se encargaba de complicar a una alicaída zaga verde las pocas veces que se hacía con la posesión de la pelota.

Recién al final del primer tiempo, y luego de cabezazos de Gutiérrez y Alarcón en dos tiros de esquina consecutivos, Wanderers pudo hacerle algo de daño a un elenco rojinegro que se notaba cómodo en la cancha, y que esperaba por los errores de los de Valparaíso para poder encontrar alguna chance de anotar un tanto.

Se acabaron salvando

El complemento del duelo no fue mucho mejor para los locales, y de hecho, salvo un remate de Lanaro tras pivoteo de Marín, prácticamente no lograron generar chances para poder convertir.

En contra parte, los talquinos se dieron cuenta de que al estar desesperados por conseguir la victoria, los caturros dejarían espacios atrás que bien podrían aprovechar. Sin ir más lejos, de no ser por la increíblemente nula capacidad de definición de Fabián Núñez, quien dos veces emprendió carrera prácticamente solo hasta el arco de Mauricio Viana (y que en una de esas chances intentó definir de globito ante la salida del meta y su disparo se fue direccionado a la tribuna Andes del estadio), el resultado pudo haber sido completamente distinto.

Lo más doloroso, a fin de cuentas, y pese a no haber empezado ganando en casa, es que el Decano dejó sensaciones de preocupación en cada una de las personas que observaron el encuentro. Más allá de ausencias claves, como la de Ezequiel Luna en el bloque posterior, sumado a lo que puedan aportar refuerzos de los que espera marquen diferencia, como son los casos de Jorge Ampuero y Francisco Castro, da la sensación de que este Wanderers está despotenciado en relación al equipo que estuvo a punto de llegar a la final de ascenso el 2018. El próximos lunes, en Curicó frente a Santa Cruz, veremos si los verdes muestran una mejor cara.