Equinoterapia: caballos que dan felicidad a los más pequeños
El centro Influye lleva más de un año funcionando en la comuna.
Hace más de dos años, Carla Jofré y Felipe Jaramillo tuvieron la inquietud de abrir un centro de equinoterapia en Villa Alemana. Ambos son de la comuna y decidieron realizar un diplomado en la disciplina. Ella es terapeuta ocupacional, había realizado su práctica profesional en el área y sentía que ese era el camino que debía seguir profesionalmente.
Para niños y adolescentes
Así, junto a Felipe, quien es administrador de empresas, comenzaron a desarrollar esta idea, que hoy los tiene a la cabeza de la Fundación de Equinoterapia Integral Influye, que funciona en calle Los Maitenes, Peñablanca.
"Esta idea surgió hace dos años, cuando tuvimos la posibilidad de hacer el diplomado de equinoterapia, pero por motivos económicos no se había podido levantar el proyecto. Y el año pasado se dio la posibilidad. Estaba en el corazón nuestro, mío y de mi señora, poder levantar una fundación que se dedique a realizar una terapia integral con los caballos, guiada por profesionales de la salud", cuenta Felipe Jaramillo.
Carla Jofré define la equinoterapia como "un método terapéutico que utiliza al caballo como participante activo (co-terapeuta) a través de las técnicas del arte de la equitación y sus prácticas ecuestres. Todo esto dentro de un plan entrelazado y multidisciplinario en las áreas de la salud, educación y equitación".
Esta terapeuta ocupacional explica que con la equinoterapia buscan habilitar, rehabilitar e integrar a las personas en ámbitos físicos, síquicos y sociales para lograr el desarrollo de quienes están en situación de discapacidad o con alguna necesidad especial.
En la parcela de Peñablanca tienen las pesebreras y el sector donde se realiza la equinoterapia. Además cuentan con una casona donde se realizan las sesiones de rehabilitación individuales en sala, las que están acondicionadas con diferentes elementos para estimular a los pacientes.
Actualmente tienen cinco caballos, pero por ahora solo están trabajando dos al mismo tiempo. "Los caballitos tienen el temperamento especial para trabajar en estas terapias. El año antepasado compramos dos que ya venían preparados y después integramos a tres más. Ellos fueron preparados en otro centro ubicado en Buin", cuenta Felipe Jaramillo.
Además están entrenando a otros dos ejemplares en el mismo centro, familiarizándolos con los diferentes elementos que se ocupan en las sesiones con niños y adolescentes que se atienden en Influye. "En las terapias se trabaja con pelotas, aros, argollas. Lo más importante es que el caballo sea mansito y sepa reaccionar frente a diferentes situaciones. Hay niños que se pueden descompensar y el caballo debe tener la calma necesaria para esperar que el niño pueda regularse", explica.
Los creadores de esta fundación señalan que las terapias están dirigidas a niños y preadolescentes que van desde los 2 a los 15 años. Atienden a pacientes con estrés escolar, síndrome de down, esquizofrenia, ansiedad, trastornos del espectro autista y parálisis cerebral. Incluso es beneficiosa para niños con una timidez importante que, en la relación con los caballos, mejoran su confianza y autoestima.
En cuanto a los beneficios de la equinoterapia, Carla Jofré señala que favorece la autoconfianza, el autocontrol y la autoestima. Mejora la concentración y la capacidad de atención, inculca sentimientos como el respeto y la responsabilidad y estimula la afectividad, la sensibilidad táctil, visual y olfativa; además de fortalecer la musculatura, el equilibrio y la coordinación.
Felipe Jaramillo agrega que los niños que presentan trastornos del lenguaje también resultan favorecidos con la equinoterapia: "A través del disfrute van soltando más palabras o va adquiriendo un mayor lenguaje arriba del caballo".
Hasta el centro los pacientes pueden llevar derivados por algún profesionales, que les recomienda este tipo de tratamiento o porque los padres buscan una alternativa diferente y más amigable para sus hijos. La idea es que puedan asistir una vez a la semana para así ver los logros. En el centro se ofrecen diferentes alternativas, que pueden consistir solo en sesiones con los caballos o complementadas con la atención en sala con otros profesionales.
Una de las trabas para acceder a este tipo de rehabilitación es su alto costo. Pero a pesar de que la Fundación Influye no cuenta con subsidios, tiene los costos más bajos comparados con otros centros de su tipo. Casa sesión tiene un valor de $18 mil, mientras que en otros lugares no bajan de $20 mil.
Lo más caro es mantener a los caballos. Felipe Jaramillo asegura que el precio del forraje está cada vez más alto. "Como fundación hemos tratado de reducir al máximo el valor de las terapias para que pueda ser accesible a todos los papás. Los profesionales que trabajan con nosotros tienen el compromiso de cobrar menos que el valor del mercado".