Marcela Guajardo Pérez - La Estrella de Valparaíso

El 30 de diciembre del año pasado, Carla (12) recibió un disparo en su ojo mientras se encontraba afuera de su casa en la Villa San Jorge en Reñaca Alto y que le costó la vida horas después.

Un hombre fue detenido y otro se encuentra prófugo de la justicia.

Su abuela materna tenía su tuición y ahora es foco de constantes amenazas de muerte que la tienen con miedo a salir a la calle y en tratamiento sicológico.

Este mujer asegura que escucha balazos todas las noches y que se han acercado a ella para amedrentarla.

El diputado Andrés Celis quien ha estado apoyando a la familia, realizó una serie de gestiones para resguadar la seguridad de esta mujer.

"Lo que ella necesita de manera urgente es salir de ese departamento. Estamos trabajando con el Serviu porque habita en una vivienda social para que se pueda trasladar a otro lado. Además, hago un llamado al Ministerio Público para que la ayude y la traslade a otro sector de la ciudad donde se pueda sentir segura".

El parlamentario ofició a la Defensoría de la Niñez que hizo sus propias gestiones y se logró que el Ministerio designara un fiscal con dedicación exclusiva para determinar responsabilidades en la muerte de la niña.

La Corporación de Asistencia Judicial también tomó el caso y presta asesoría a la familia

"Este es un caso de vida o muerte. Ella vive muy cerca de la persona que habría estado involucrada en los hechos, por lo que vive aterrorizada y no tiene a nadie más que a su marido", dice Celis.

Marcha

Pero esta abuelita no es la única que ha recibido amenazas. Una de las vecinas de la Villa San Jorge, preocupada por la situación de la familia de Carla y la propia seguridad del sector, organizó una manifestación en contra de la delincuencia hace algunos días y también recibió amenazas de muerte, por lo que tuvo que trasladarse a otra ciudad.

Un trágico accidente se registró la madrugada del domingo cuando por circunstancias que se investigan, un auto y una camioneta colisionaron de manera frontal en la ruta 64 CH que une a las comunas de Concón y Limache, a la altura del kilómetro 43.

Producto del violento choque falleció en el lugar uno de los conductores de iniciales L.A.P.O. de 76 años, quien posteriormente fue reconocido por un familiar que acudió al accidente.

El conductor del otro vehículo quedó con lesiones de mediana gravedad, por lo que fue trasladado al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar.

Debido a su posible responsabilidad en el accidente, fue puesto a disposición de la justicia dentro del control de detención.

Personal de Carabineros, Bomberos y el SAMU acudieron al llamado. La ruta tuvo que ser cortada por algunas horas debido al trabajo de los equipos de emergencia y las pericias de las policías en el sector.

En el lugar trabajó personal de la Sección de Investigaciones de Tránsito de Carabineros (SIAT) para determinar las causas de este accidente.

La velocidad de los vehículos o la posibilidad de que alguno de los conductores se haya quedado dormido en la ruta son algunas de las teorías que se barajan, debido a que en esta vía ya se han producido anteriormente accidentes fatales.

Una trágica muerte encontró ayer un sanfelipeño en un accidente de tránsito.

Cerca de las 06.00 de la madrugada, en dirección al poniente, circulaba un automóvil por la nueva autopista de la ruta 60 CH. Al acceder al peaje ubicado a la altura de Panquehue, el conductor no disminuyó la velocidad como se acostumbra, sino que impactó de forma violenta contra uno de los muros de concreto que resguardan las casetas de pago.

De nada valieron los esfuerzos de testigos por tratar de reanimar al chofer y único ocupante, que falleció de manera instantánea. Carabineros acudió al procedimiento y comunicó el hecho al fiscal de turno, que dispuso que el siniestro fuera indagado por peritos de la SIAT de Aconcagua. Los especialistas barajan las hipótesis de que el conductor se haya quedado dormido al volante o que manejaba bajo la influencia del alcohol. Estas dudas deberán ser dilucidadas por los exámenes practicados al cadáver en el Servicio Médico Legal.

El fallecido fue identificado como Carlos Enrique Santander Araya, de 55 años, conocido trabajador de una sucursal de una cadena de farmacias de San Felipe. Tras los peritajes en la morgue el cuerpo será entregado a sus familiares para las respectivas exequias.