La Honorable Diputada de la República, Camila Rojas, logró después de muchas conversaciones obtener las firmas, en forma transversal, de los diputados, a fin de exponer, en el Congreso, el problema de la Deuda Histórica, causa, que como dijo una profesora pensionada, ha hecho suya.. En sesión extraordinaria del 7 de noviembre de 2018, gran parte de los diputados asistentes, concluyeron que la deuda existe y que se presentaría al Presidente Sebastian Piñera, en el plazo de 90 días, una Glosa Presupuestaria y ser incorporada al Presupuesto de la Nación. Han transcurrido 120 días y no se ha sabido de noticia alguna sobre esta problemática. Estamos cierto que la deuda es mucha, alrededor de 75.000.000 por profesor, por lo tanto es muy difícil pagarla en su totalidad; empero se está solicitando un bono y un mejoramiento en las pensiones, o, en su defecto un mejoramiento sustancial en las pensiones autofinanciadas. Esto último es más factible por cuanto los recursos se liberarían en forma paulatina, mensual y anualmente, incorporándola a los presupuestos de cada año.

Ángel Parra

Recordar el trágico incendio de Triangle Shritwaist de 1911, es suficiente razón para que la sociedad abra su corazón a la reflexión en cuanto al valor que tuvieron, tienen y tendrán las mujeres en el devenir de todos los procesos históricos que nos han traído a este presente.

La muerte de aquellas recordadas trabajadoras, nos hace pensar con dolor, en las mujeres chilenas, latinoamericanas y de todo el mundo, que deben enfrentar todavía realidades sociales, políticas, económicas y culturales muy adversas.

Sin embargo, la temática se ha transformado en una discusión bastante agresiva, que a mi parecer responsabiliza en gran medida a los hombres y las actuales construcciones de la masculinidad, sin hacer salvedades ni excepciones.

En mi opinión, los padecimientos que han vivido las mujeres han sido la máscara histórica de una miseria humana también compartida por los hombres, y considero que estamos en tiempos en los que deberíamos construir puentes, integrar, remar en una misma dirección como seres humanos, en vez de buscar cazar a los responsables del patriarcado.

La construcción de la paz, como proceso social, requiere discursos que dirijan el devenir del futuro como un ideal en el que cada individuo goce del mayor reconocimiento posible por el valor de su humanidad y no por su género.

Efrén Altamirano