Nicolás Arancibia

Mejorar es mucho más fácil después de una victoria, y Everton lo demostró anoche en Sausalito. Los dirigidos por Gustavo Díaz mostraron una de sus mejores facetas en lo que va de campeonato, y pese a no brillar, ganaron con justicia los tres puntos frente a un elenco de Deportes Antofagasta que prácticamente no generó peligro. Salvo claro, en los últimos minutos.

Desde un principio se notó que los viñamarinos serían los encargados de tomar las riendas del partido. Un preciso remate de Juan Cuevas y un gran cabezazo de Maximiliano Cerato serían las dos primeras llegadas de un cuadro local que no pudo gritar gol gracias a las buenas intervenciones del exgolero de Boca Juniors, Agustín Rossi, que reforzó esta temporada a los del norte.

La tercera, finalmente, fue la vencida. El gol que abrió la cuenta en Sausalito fue una jugada de fútbol pura que hizo a los espectadores saltar y ovacionar a los implicados en el tanto.

Marcos Velásquez, desde el fondo de la zaga auriazul, vio como Álvaro Ramos comenzó a picar hasta el área blanquiazul, y por lo mismo, le sirvió una pelota en profundidad cargada de precisión que el "chanchito" pivoteó de gran manera para dejársela servida a un Diego Orellana que, tras el bote, disparó con potencia, haciendo completamente estéril la resistencia del Rossi.

La doble expulsión

El poco experimentado juez, Fabián Aracena, había tenido un cometido relativamente tranquilo hasta el minuto 36 de cotejo. Allí, tras un balón disputado en el aire entre Gonzalo Freitas y Tobías Figueroa, el delantero de los forasteros agredió al uruguayo, lo que le valió ganarse la tarjeta roja.

El "charrúa", lejos de comportarse de forma inteligente, se paró y cayó en la rápida provocación de Ricardo Blanco, tirándole el cuerpo encima, lo que le valió irse también a camarines. Blanco recibió amarilla por su provocación, aunque el público en el coloso viñamarino no lo perdonó, y lo silbó cada vez que tocó el balón.

Durante la segunda mitad hubo un reordenamiento general de planteamiento en ambas escuadras, aunque fue Antofagasta que terminó jugando de mejor forma la primera etapa. Más allá de algunas jugadas combinadas en el frente de ataque ruletero, no hubo mayores ocasiones de peligro, lo que habló muy bien de la solvencia que tuvieron los locales para manejar el resultado completamente a su favor.

Eso sí, sobre el final del partido, Campestrini debió salvar una pelota que amenazó con quitarle los tres puntos a Everton.

Ahora, con siete unidades en su cuenta corriente, el conjunto evertoniano escaló hasta la séptima posición de la tabla de colocaciones, entrando, por el momento, a la zona de clasificación a la Copa Sudamericana, el gran objetivo puesto por la dirigencia a principio de temporada.