Nada, absolutamente nada de broma ó de algo que se le parezca, es la declaración del Presidente Piñera en cuánto a la factibilidad y a los resultados que se obtendrían si se hicieran exámenes sicológicos a todos los miembros del Congreso, y en cuanto al test de drogas, debería ser obligatorio para todo chileno que postula a cualquier cargo por elección popular, no olvidar que cualquier chileno que postula hoy día a un trabajo, debe someterse a diversos exámenes sicológicos, que de no ser aprobados, simplemente no es contratado, incluso cumpliendo largamente los requisitos académicos, de experiencia laboral y otros afines, que le eran exigidos, algo similar ocurre con el tema de drogas ya en algunas empresas...

Más que quedarse sin parlamentarios, si se hicieran exámenes sicológicos en el Congreso, como lo declaró supuestamente en forma humorística el presidente Piñera, lo que efectivamente ocurriría es que los nombres de los que se encuentran hoy legislando, fiscalizando y representando a los chilenos, serían completamente diferentes, tal vez lo que para algunos es una broma, para una inmensa mayoría de chilenos no lo sea, y llegó el momento de que las personas que pretendan cargos parlamentarios en Chile, deberán cumplir los mismos y exigentes requisitos y exámenes que cualquier chileno cuando postula a su ansiado trabajo y es importante mencionar que sin ningún derecho a reclamo por sus respectivas aplicaciones, ni posibilidades de ser eximidos...

Luis Enrique Soler Milla

¿Cuántas veces se habrá escuchado un proyecto de inversión en Valparaíso? Miles, tal vez. Como el tren rápido a Santiago o el Mall Barón. Agreguemos la del grupo Zulueta para con el palacio Subercaseux y la reactivación del barrio puerto. Atractiva sin duda, puesto que Valparaíso necesita con urgencia abandonar su alicaído y decadente presente. Jorge Sharp, quien cual camaleón, hoy celebra la idea de inversiones de privados luego de una ardua guerra contra ellos, véase T2 o la construcción inmobiliaria porteña, asedio que concluyó en el nuevo PRC. No se requieren declaraciones de buenas intenciones, sino que una política pública seria en que se propicie la inversión privada de forma constante, mejorando la calidad de vida y produciendo empleo. El edil debe entender que una golondrina, sencillamente, no hace verano.

José Luis Trevia