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Everton destiñó en la cancha y en las tribunas

Viñamarinos no tuvieron la actitud -ni menos las armas- para imponerse ante un rival que llegó con un equipo alternativo al Sausalito.
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Manuel Gómez Poblete

Lo de ayer era para muchos, una gran prueba de fuego para el Everton de Gustavo Díaz y, por cierto, una oportunidad única, para superar de una vez por todas a una Universidad Católica que ya se ha acostumbrado a festejar en Sausalito.

Y es que tal como lo anunció el técnico Gustavo Quinteros, los "Cruzados" se presentaron en Viña del Mar con una oncena "alternativa" en la que solo Germán Lanaro y Stéfano Magnasco, se repitieron el plato tras ser titulares (el jueves pasado) ante el Gremio de Porto Alegre, por Copa Libertadores. Futbolistas como Kuscevic, Fuentes, Puch o el "Sacha" Sáez, ni siquiera fueron convocados... y otros titulares como Dituro, Fuenzalida, Aued o Pinares, aguardaron desde el banco.

Incluso, hasta el astro sol -que tanto incomodó ante Unión La Calera e Iquique en Sausalito- se hizo a un lado para que el partido se jugase bajo una temperatura agradable.

El problema para Everton, en este caso, fue el propio Everton. Y es que el elenco Oro y Cielo estuvo lejos de brindar o repetir los buenos pasajes que tuvo o mostró ante Iquique o Antofagasta, respetando en demasía al rival. Una suerte de "miedo escénico" se apoderó de un Everton que estuvo lejos de someter a un rival que a todas luces -y por el contrario a lo esgrimido por el técnico Gustavo Díaz- no llegaba con ritmo competitivo, ya que aquel ritmo (que lo dan los partidos) lo tienen los titulares y no futbolistas como Toselli, Munder, Riascos o el juvenil Ignacio Saavedra, entre otros.

En las tribunas, por su parte, sorprendió la baja asistencia de público, tanto del local, como de la visita. Apenas 7.813 espectadores controlados para un pleito en donde se solicitó un aforo de 19 mil personas, dio para pensar: en rigor, llegaron los mismos cinco mil que suelen alentar a Everton, más otros tres mil de la UC u para de contar. Incluso, la de ayer fue la asistencia más baja de los tres choques entre Everton y la UC del 2019, ya que en la Copa de Verano asistieron a estos compromisos un total de 8.211 espectadores (20 de enero) y luego, en la final, acudieron 13.919 fanáticos, el 2 de febrero. El problema, según los propios hinchas, tuvo que ver con lo dificultoso que resultó adquirir las entradas a través de la ticketera que contrató Everton, siendo muchos hinchas rechazados a la hora de intentar adquirir su boleto. Y entre los visitantes, hubo quejas en torno a lo temprano que tenías que llegar (una hora y media antes, ya instalados) para acudir a la Galería Laguna: temas a analizar.

Partido reguleque

En lo futbolístico, el partido de ayer estuvo lejos de ser de alto vuelo. Es más, antes de la apertura de la cuenta (que llegó en el minuto 35), lo de Everton y la UC -y salvo por un derechazo violento de Alvaro Madrid- era para los bostezos. Mucha lucha en la zona media, mucho round de estudio y escasas llegadas a puerta... eran la tónica. Y es que con bajas importantes en los laterales (por Everton no jugó Camilo Rodríguez y en la UC no estaba Juan Cornejo y Fuenzalida arrancó en el banco), hubo poco desborde o juego por las puntas. Es más, el técnico forastero retrasó sus líneas y con ello evitó el temible mano a mano de Cerato, por lo que Everton se quedó sin variantes arriba.

En eso estaban, cuando tras una jugada colectiva iniciada por Jaime Carreño (y en la que participaron Munder y Riascos), el propio Carreño definió de zurda, pidiendo luego perdón -por su pasado en Viña- a los hinchas Oro y Cielo (35').

Tras ello -y cuando los visitantes, aún festejaban- Valber Huerta derribó en el área al diminuto Cuevas y el ahora nacionalizado chileno, Maximiliano Cerato, anotó el empate desde los 12 pasos, en el minuto 37.

Tras el descanso, a Everton le pasó lo mismo que ante Unión La Calera, el pasado 23 de febrero: ingreso dormido. Y así, tras un desborde de Magnasco (y un despeje a medias de Rivera, que dejó a medio camino a Campestrini), apareció el colombiano Duvier Riascos, quien, de cabeza y ante la marca tardía de San Juan, colocó el 2-1 a los 47'.

Otra vez abajo en las cifras, Everton trató de cambiar su suerte, pero al "Chancho" Ramos no le salen los goles y Arismendi elevó, en las dos mejores del local.

Tras ello, el propio "Charrúa" Arismendi se ganó la roja (bajó con amarilla a Aued) y tras ello, fueron los visitantes los que incluso, estuvieron más cerca de un tercero.