El año pasado Chile se convirtió en el primer país sudamericano en prohibir las bolsas plásticas, un hito que demuestra la capacidad dar pasos en la dirección correcta cuando se cuenta con la voluntad política de dar solución a problemas que atañen al bienestar de la gente y el medio ambiente.
Según el último estudio emitido por la Asociación Gremial de Industriales del Plástico (Asipla), sólo un 8% de las 990 toneladas de plástico que se consume en Chile al año es reciclado. Esto nos deja con un 92% del total del plástico consumido en Chile sin reciclar, unas 911 toneladas de plástico que llegan a vertederos en el mejor de los casos.
Para esta enorme cantidad existen dos caminos que necesitan ser potenciados, la disminución del uso de productos plásticos y, por otro lado, el fomento de la industria del reciclaje.
En lo que disminución respecta, ya se ha presentado un proyecto de ley para eliminar la entrega de bombillas plásticas, un paso interesante pero que se aleja de ser ambicioso, cuando por otro lado, organizaciones llaman a eliminar todo tipo de plástico de un solo uso, como los vasos y envases de plumavit, y utensilios, bombillas y tapas plásticas.
Por otro lado, el fomento de la industria del reciclaje es crucial para poder dar abasto con la creciente cultura que motiva a las familias a separar su basura según sus materiales. Sin una industria que se haga cargo de los distintos materiales el esfuerzo de cada familia y la inversión de las municipales en puntos limpios se transforma en una acción irrelevante que solo generará un desincentivo a seguir separando los distintos materiales.
Otro punto importante es poder asegurar de parte de los productores que los envases que están utilizando sean fácilmente reciclables, a diferencia con lo que hoy sucede con botellas PET que usan etiquetas termo contraíbles, que, según empresas dedicadas al reciclaje, las vuelven "irreciclables" desde el punto de vista industrial. Envases de bebestibles como bebidas energéticas, te fríos, néctares o algunas gaseosas que tienen sus etiquetas pegadas a los envases.
La importancia en la reducción del consumo y aumento en el reciclaje de productos plásticos es de vital importancia, hoy mas que nunca, dado el reconocimiento de la presencia de micro plásticos en el organismo de los seres humanos, que ingresan a través del aire que respiramos, el agua y alimentos que provienen del mar que han adquirido los mismos a través de la alimentación. Los riesgos en la salud de los humanos no han sido definidos, pero incluso la Organización Mundial de la Salud ha puesto en marcha una agenda para poder determinar el nivel de impacto en la salud de las personas.
Felipe Díaz Bórquez
Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental, U. San Sebastián