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Ellos también pasan frío: consejos para cuidar a tu mascota en esta estación

Gatos, perros e inclusos animales tropicales pueden enfermarse cuando bajan las temperaturas.
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Redacción - La Estrella de Valparaíso

Las bajas temperaturas que comienzan a sentirse, no solo nos afectan a nosotros, sino también a nuestras mascotas y otros animales.

Para evitar que las mascotas, especialmente los gatos y los perros, se enfermen durante los meses más fríos del año, es necesario tener en cuenta cuatro aspectos fundamentales: alimentación, paseos, lugar en el que duermen y primeros síntomas de enfermedades.

En esta época del año, los animales tienden a consumir más calorías, pero la clave es mantener una alimentación balanceada. En el caso de los perros, la ingesta de comida puede aumentar hasta en un 20%, sobre todo en aquellos de razas grandes. "Esto ocurre en el caso de las razas de mayor tamaño, como Golden Retriever, pastor alemán, boxer o labrador, y se debe a que los perros de más de 10 kilos de peso habitualmente desarrollan su vida fuera del hogar y duermen en el patio, por lo que se exponen a bajas temperaturas. Los dueños no deben alarmarse si el perro come más, pues es natural", explica el veterinario de Fit Fórmula, Herly Studer.

Un aspecto clave para la nutrición es dividir la entrega del alimento, y no dárselo todo en una sola dosis diaria.

Sobre todo para las mascotas que viven en departamentos o lugares cerrados, es necesario realizar sus paseos diarios. También se debe tener cuidado con los cambios bruscos de temperatura, ya que al llegar a las casas calefaccionadas después del paseo, puede existir mayor riesgo a contraer enfermedades respiratorias.

En el caso de las mascotas que duermen en ambientes exteriores, expuestos a las bajas temperaturas, es necesario mantener un lugar seco y confortable. Se recomienda utilizar un aislante o algo que produzca el efecto de elevación con respecto al suelo para que los animales no se vean afectados por la lluvia y el viento.

Durante esta época es importante acudir al menos una vez al veterinario para determinar en qué estado de salud se encuentra la mascota, además de estar especialmente atentos a cualquier cambio de comportamiento de los animales. Signos como decaimiento, fiebre, tos, narices congestionadas y bajo apetito, entre otros, son claves y deben tenerse en cuenta.