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Científicos se preocupan por el futuro del pingüino más famoso

Cada vez nacen menos ejemplares emperador en el continente blanco.
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Agencias

En los últimos tres años prácticamente no han nacido crías de pingüino emperador en su segunda zona de reproducción más grande en la Antártida, y el inicio de este 2019 parece igual de sombrío, según un nuevo estudio.

Por lo general entre 15.000 y 24.000 parejas de pingüinos emperador van cada año a un lugar de reproducción considerado seguro en la bahía Halley y que se mantendrá helado este siglo a pesar del calentamiento global. Pero casi no hay polluelos en la zona desde 2016, según un estudio publicado en la revista Antarctic Science.

La población de parejas apareadas ha aumentado considerablemente en otra zona cercana, pero el autor del estudio dice que los nacimientos de pingüinos en ese lugar no compensan el faltante. "Nunca habíamos visto un fracaso de reproducción a esta escala en 60 años", dijo Phil Trathan, jefe de biología de conservación en el British Antarctic Survey.

Normalmente, alrededor de 8% de la población de pingüinos emperador del mundo nacen en la bahía Halley, indicó Trathan.

De las especies de pingüino, el emperador es el más grande, pesa hasta 40 kilogramos (88 libras) y vive unos 20 años. Las parejas se reproducen en las condiciones invernales más severas y el macho es el que incuba el huevo.

Los científicos atribuyen la declinación a las condiciones climáticas y meteorológicas que rompen el "hielo permanente" (hielo del mar conectado con la tierra) donde los pingüinos emperador permanecen para reproducirse. Incuban su huevo y cuidan su cría (una por pareja) sobre el hielo. Después de reproducirse y atender a sus polluelos, los pingüinos se dirigen a mar abierto.

Sismo detectado en Marte daría luces sobre su estructura interna

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Por primera vez en la historia, un instrumento creado en la Tierra detectó un sismo en suelo marciano. El remezón, que se hizo sentir el 6 de abril, fue captado por el sismómetro SEIS, presente en la sonda InSight de la NASA, que aterrizó en el Planeta Rojo a fines del año pasado.

Desde Seattle (Estados Unidos), el sismólogo del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos, comentó que, si bien aún se desconoce el origen del movimiento, este "contiene una alta frecuencia, lo que indicaría que su origen no es muy lejano al lugar donde está ubicado el SEIS. En todo caso, parece provenir del interior del planeta".

Respecto de la relevancia de la detección de este movimiento, el profesional sostuvo que "a partir de estos datos se podrá saber cuál es la actividad interna de Marte -si es que se confirma que la hay-, como también la estructura interna de este planeta, ya que los modelos actuales no están muy bien construidos".

Por su parte, el investigador del Instituto de Física de la Tierra de París, Philippe Lognonné, quien a su vez es el responsable de crear el instrumento que captó el llamado "martemoto", aseguró que "es formidable tener finalmente una señal de que todavía hay una actividad sísmica en Marte". Y añadió que "estuvimos meses esperando nuestro primer sismo marciano".

Desde el registro del 6 de abril han entrado otras señales al sismómetro, pero como han sido de menor intensidad, los científicos no las han considerado movimientos telúricos reales.