Carla Olivares Rojas
Hace diez años que el Sanatorio Marítimo San Juan de Dios se trasladó de dependencias desde la avenida San Martín a un gran edificio ubicado en el sector de Gómez Carreño, en Viña del Mar.
La construcción, moderna y acorde a sus necesidades, se adaptaba a todo lo que se requería para el tratamiento de los niños y jóvenes que ahí se atienden, sin embargo, algo le faltaba, por eso que hace un año que se comenzó a trabajar en la obtención de recursos para la recuperación de un espacio posterior, un sector de quebrada que no sólo sería un área verde con un hermoso paisajismo, sino que sería un centro terapéutico al aire libre.
"Teníamos este espacio que no estaba habilitado ni era accesible para nuestros usuarios que en su mayoría utilizan sillas de ruedas y se genera este proyecto para habilitar este espacio natural con un diseño pensado hacia la sensorialidad, para que los chicos puedan tener más espacio de exploración sensorial y de vinculación con el medio", señaló Camila Villarroel, terapeuta ocupacional y coordinadora de proyectos institucionales del Sanatorio.
En este nuevo centro nada es al azar, cada espacio, cada color, cada sonido es parte de un espacio destinado a la terapia, lo que es muy beneficioso a la hora de trabajar con pacientes.
"A nadie le gusta estar encerrado todo el día en un espacio por muy bien implementado que esté y donde se cuente con los servicios. Necesitábamos estar en conexión con la naturaleza, que los espacios libres nos permitan oxigenarnos, mirar, sentir, oler y eso nos permite una mejor conexión con el medio y para los chiquillos que tienen un daño neurológico severo a profundo, es aún más importante", sostuvo.
Un anhelo cumplido
Dado que el Sanatorio Marítimo se sustenta en su mayor parte de aportes y donaciones, conseguir recursos se hace muchas veces complicado, por eso que poder inaugurar este espacio es todo un anhelo.
"Esperamos mucho tiempo para que se diera esta oportunidad para que los chicos tuvieran este espacio al aire libre. Una vez que se genera una oportunidad, se genera una ansiedad de poder contar con el lugar y hoy estamos felices por eso. Los hospitales no solo son muros hacia adentro, sino que también hay que cumplir una labor hacia afuera, comunitaria y con esto estamos dando un puntapié bastante fuerte", sostuvo Andrés Pinto, gerente del Sanatorio Marítimo.
En este lugar los niños y adultos mayores que ahí viven podrán compartir con quienes los visitan, sus familias, padrinos o visitas de colegios e instituciones que tienen habitualmente.
Memorial Vivo
Esta institución que data de 1929 y que pertenece a la Orden Hospitalaria de los hermanos San Juan de Dios, desde hace 25 años es el único hospital que es residencia del Sename, que recibe a niños con multidéficit que son abandonados por sus familias.
"Son los chicos más complejos que tiene el sistema, por eso que las probabilidades y susceptibilidades de fallecer son muy altas y este ceremonial nos permite a nosotros asumir de mejor manera y entender esas muertes de mejor manera. Muchos son niños, chiquitos, cuesta aceptarlo y cuesta seguir adelante el día siguiente, entonces esto nos permite ver el concepto espiritual que entrega la organización y asumirlo con más conformidad, así podemos tener una mejor aceptación para poder seguir haciendo lo que estamos haciendo por los que están", sostuvo el gerente
El ceremonial es en honor a los que ya no están desde que se transformaron en residencia del Sename y cuenta además con 32 casitas de pájaros. Cada una tiene una placa recordatoria con el nombre de cada niño que por ahí pasó desde 1994 a la fecha y que lamentablemente fallecieron.
"Son 32 casitas, cada una con un nombre, la idea es seguir instalando, ojalá no fueran más, pero inevitablemente va a pasar. Este lugar ayudará mucho a la reflexión y al recuerdo de quienes colaboran con los niños", indicó Andrés Pinto.