Recientemente, el Consejo Nacional de Educación aprobó los cambios que se realizarán al currículum escolar en 3° y 4° medio. Esta medida hará que los estudiantes tengan seis ramos obligatorios que serán parte de un plan común, el que integre Lengua y Literatura, Matemática, Inglés, Filosofía y Ciencias para la Ciudadanía y Educación Ciudadana, además de poder optar por cursos electivos y otros 27 cursos de profundización.

Desde Fundación País Digital creemos que es positivo que se materialice la intención de responder a las nuevas necesidades de la sociedad, actualizando los conocimientos de los escolares para que puedan desenvolverse como estudiantes del siglo XXI.

Asimismo vemos con buenos ojos que se realice un guiño a la formación cívica con materias como Educación Ciudadana, pero esperamos que esto no impida que otros ramos importantes continúen teniendo protagonismo. No hay unas materias por sobre otras, sino que todas ellas pueden ayudar a los escolares a desarrollarse y forjar su futuro.

No obstante, como nuestro quehacer tiene que ver con el mundo digital, tras este anuncio no podemos dejar de pensar en lo positivo que sería que todas estas materias, optativas o complementarias, estén transversalmente impactadas por la tecnología, la que entendemos como una herramienta para profundizar y despertar diferentes habilidades, más que como un fin.

Nuestra apuesta es a partir de esta medida desarrollar un camino hacia una visión más integral del conocimiento. Sin ir más lejos, gracias a nuestros programas hemos sido testigos de cómo profesores de Arte, por ejemplo, lideran exitosamente grupos donde estudiantes crean aplicaciones móviles y desarrollan el pensamiento computacional. Esto es sólo el comienzo.

Catalina Araya, Directora de Educación de Fundación País Digital

Estimada Directora:

Como JUNJI Valparaíso destacamos el rescate del patrimonio nacional que se ha venido haciendo desde hace 20 años como una política de Estado. Es importante que los niños y niñas participen de esta actividad ciudadana, pues eso trae beneficios como país: refuerza desde temprana edad la identidad nacional y el amor por lo que nos pertenece. Promueve la toma de conciencia sobre nuestro patrimonio como símbolo de identidad, fomenta el conocimiento y respeto por el acervo cultural. Conocer el patrimonio a través de la experiencia directa les permite a los niños y a las niñas entender desde temprana edad el pasado y también el presente. Les permite además cuestionarse y formular preguntas, que aunque no se respondan, ayudan a crear supuestos, imaginar, argumentar y potenciar la capacidad de asombro de niños y niñas. Participar de esta actividad permite que desde la primera infancia los chilenos valoremos nuestro patrimonio cultural material y lo protejamos: monumentos, pinturas, esculturas, edificios. Esta valoración también se trasladará a otros tipos de patrimonios, como el inmaterial (tradiciones) y el natural (paisajes), que los niños también aprenderán a reconocer como parte de su cultura. Esta experiencia es, por tanto, una oportunidad de aprendizaje en la que podemos enseñar el cuidado por los espacios públicos y el correcto comportamiento cívico.

Angela Santana Reyes

Directora Regional (S)

JUNJI Valparaíso