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"Dolor y gloria", el filme más personal de Pedro Almodóvar

Este jueves llega a la cartelera la cinta que le valió a Antonio Banderas el premio al mejor actor en el Festival de Cannes.
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Marcelo Macellari C. - La Estrella de Valparaíso

Pedro Almodóvar prometió que jamás publicaría su autobiografía. Sin embargo, el director manchego ha admitido estar "emocionalmente desnudo" en "Dolor y gloria", su vigésimo primera película en 40 años de carrera, en la cual aborda de una forma sobria, casi púdica, el amor, la pena y la reconciliación a través de la historia de Salvador Mallo (Antonio Banderas), un cineasta melancólico que ajusta cuentas con su pasado.

"Necesitaba hacer una mirada muy introspectiva hacia mí mismo, incluso hacia la parte más oscura de mí mismo, y mezclarlo con los recuerdos más luminosos de mi infancia", dijo el director en una entrevista sobre esta producción que compitió en el último Festival de Cannes, la cual llega el jueves a la cartelera local.

"Dolor y gloria", un ejercicio de autoficción, narra una serie de reencuentros de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, otros recordados: su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia en busca de prosperidad, el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable, el temprano descubrimiento del cine y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. En la recuperación de su pasado, Salvador encuentra la necesidad urgente de narrarlo, y en esa necesidad, encuentra también su salvación.

Un niño que se descubre homosexual en un medio rural y católico, dos hombres maduros que se besan tiernamente. El mundo íntimo del director de "Todo sobre mi madre" se encuentra condensado en el largometraje, que pasa por el escáner las emociones y los lamentos de una vida, pero sin los excesos de un melodrama.

"Yo soy dueño de mis historias e impongo mi universo con todo el orgullo y toda la prepotencia que eso otorga. Y en mi universo hay dos señores mayores que se besan con pasión y, justo después, uno de ellos regresa a su vida con su mujer y sus hijos", explicó el director en una rueda de prensa del filme.

En entrevistas recientes, Almodóvar se ha dedicado a aclarar partes de la ficción que no son fieles a su biografía: a sus nueve años no se enamoró de un albañil, aunque hubiera podido pasar. Y que la heroína que descubre su alter ego en la pantalla no ha sido jamás su droga, pues él prefería sobre todo la cocaína.

Musas y alter ego

A sus 69 años, Almodóvar se brinda nuevamente el placer de filmar los andares y las miradas de su actriz fetiche, Penélope Cruz ("Volver"), a quien confía un rol prominente, la de joven madre que se pliega ante los problemas pero se ilumina cantando en el lavadero.

La actriz española Julieta Serrano, que aparece en la primera cinta del manchego "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980)" y también en "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (1989), representa a la madre ya mayor. Esa que hace repetir las instrucciones para su entierro. Esa que insiste, en vano, "no quiero que pongas nada de mí en tus películas".

Y como alter ego, Almodóvar escogió al andaluz Antonio Banderas, 11 años menor, que adoptó su cabellera áspera y blanca, su vestimenta de colores chillones, para representarlo sutilmente, pero sin caer en la imitación.

"Me llevó tiempo comprender que Antonio era mi legítimo Mastroianni", confesó Almodóvar al diario El Mundo, en referencia al papel de cineasta depresivo que Federico Fellini confió al actor italiano en "Ocho y medio" (1963).

Banderas, un actor elevado a la gloria, pero que ha sufrido dolor personal, con varias operaciones de corazón en los últimos años, consigue expresar la vulnerabilidad de un creador cerrado en su departamento-museo para quien su vida "carece de sentido" sin rodar.

Un Banderas que conoce perfectamente el ABC del cine de Almodóvar, a quien conoció a principios de los años 80 y con el que en esa época primeriza hizo cinco películas, entre ellas "La ley del deseo" (1987) y "Átame" (1990).

Su alabada interpretación como Salvador Mallo, el alter ego del director de "Hable con ella", le valió la Palma de Oro en el Festival de Cannes, un galardón que le pone inmediatamente en carrera por el Oscar 2020 al mejor actor.