"Somos muy respetados por el público y nuestros pares"
Hugo Pirovich habla de los 50 años de Congreso que se celebran en grande: una exposición de fotos en Sala Viña, un ballet, un concierto en el Caupolicán con invitados y el proyecto de un documental son parte del calendario.
Marcelo Macellari C.
Teatro Velarde de Quilpué, el 24 de agosto de 1969, a las 11 horas. Esa es la fecha y hora que marca el inicio de Congreso, una de las bandas más emblemáticas de la música chilena. 50 años después la agrupación celebrará este aniversario exactamente el mismo día que comenzó todo, con un concierto en el Teatro Caupolicán de Santiago, donde repasará sus hitos discográficos y donde desfilarán por el escenario músicos que han pasado por el conjunto, así como invitados nacionales y extranjeros. Sin embargo, la celebración comenzó durante el verano en Valparaíso con la participación en el Rockódromo y continúa desde esta semana con una exposición de fotografías de las cinco décadas de Congreso en la Sala Viña.
Hugo Pirovich, integrante del grupo desde 1977, reconoce que jamás pensó que Congreso celebraría medio siglo: "Cuando se parte con un grupo uno lo hace porque hay un entusiasmo por hacer música, porque te gusta y también es la manera de transmitir a través de la música lo que uno piensa, esperando que el resto la escuche y le guste. No hay más ambición que eso".
En 50 años de trayectoria, Congreso ha publicado 21 discos, desde "El Congreso" (1971) a "La canción que te debía" (2017), de los cuales han salido aplaudidos temas que fusionan rock y folclor, como "El cielito de tu pieza", "Tus ojitos", "Dónde estarás", "Hijo del sol luminoso" (escrita por Joe Vasconcellos en su paso por la banda) y "En todas las esquinas". "En muchas de nuestras canciones de los inicios, había un mensaje oculto, de protesta contra la junta militar, como 'El arcoíris de hollín', que hablaba de los cuatro jinetes del apocalipsis. Estas canciones escritas por Pancho Sazo eran un reclamo musical, pero nunca fuimos un conjunto panfletario. Siempre cargados a la izquierda eso sí, pero sin militancia", explica el percusionista de la banda.
Pirovich anuncia que están preparando un documental sobre el grupo, que revise la trayectoria de Congreso y de sus integrantes, para el cual postularán a fondos. Además, la agrupación de danza contemporánea Agua-Cero girará por el país con un espectáculo ganador del Fondart "Viaje por la cresta del mundo", que se inspira en la música de Congreso.
-¿A qué atribuye la permanencia del grupo?
-Nosotros nunca vivimos de Congreso. Cada uno de nosotros tenía un trabajo, relacionado con la música, haciendo clases en colegios o universidades. Mientras que otros grupos chilenos dependían de su trabajo como banda y partieron al extranjero: Los Jaivas a Francia, Inti Illimani a Italia o Illapu a México. Eso mismo va provocando un desgaste, las divisiones y los caminos a veces se separan. A nosotros no nos pasó, porque primero que todo somos amigos y además siempre tuvimos el espíritu de salir adelante, aunque surgieran problemas.
-¿El periodo de la dictadura fue el más complejo para la banda?
-Sí, en especial entre 1974 y 1980 fue bastante complicado. Después de eso, Pancho Sazo se fue a hacer un doctorado en Filosofía a Lovaina, en Bélgica. Ahí apareció Joe Vasconcellos, quien venía con la banda italiana Matia Bazar y se quedó en Chille.
-¿Qué significa Joe Vasconcellos en la trayectoria de Congreso?
-Joe le aportó otros sonidos a la banda, producto de sus viajes por el mundo, ya que su padre había sido diplomático y él tenía muchos instrumentos exóticos. Además, tenía una influencia brasilera muy clara a la hora de cantar.
-¿Qué lugar diría usted que ocupa Congreso en la música chilena?
-Es difícil decirlo. La gente nos suele catalogar de diferentes formas, ya sea como rock o como folclor, nosotros preferimos definirnos como fusión, la mezcla. Y eso es un problema cuando nos nominan a premios, porque no saben dónde ponernos. Congreso ha hecho distintos estilos, desde rock hasta baladas y boleros. El público no se sorprende cuando cantamos una cueca o un bolero. La experimentación musical no es un peligro para nosotros. Y somos una banda muy respetada por el público y también por nuestros pares, los músicos, lo cual no es muy usual en Chile. Creo que tiene que ver con que no hemos transado.
La Estrella de Valparaíso