Es oficial: las cotorras son una plaga de cuidado en Valparaíso
Estudio académico arrojó que la Cotorra Argentina puede contagiar parásitos y bacterias a los seres humanos, por lo que se aconseja evitar el contacto directo con estas coloridas aves que abundan en los árboles de Playa Ancha.
Son pequeñas, coloridas y de apariencia amigable, pero las cotorras argentinas son oficialmente consideradas una plaga , y se estudia su relación con el contagio de parásitos y bacterias.
Estos pajarillos de colores abundan en Valparaíso, e históricamente se hizo común verlos en el sector bajo de Playa Ancha, al punto que se bautizó como "caturros" a los hinchas de Santiago Wanderers, por su color verde y porque siempre están merodeando cerca del estadio Elías Figueroa. Con el tiempo, la presencia de cotorras argentinas se ha multiplicado explosivamente no solo en Valparaíso, sino que también en el resto del país.
De acuerdo a la Ley de Caza y su reglamento, la cotorra argentina, científicamente llamada Myiopsitta monachus, es considerada una plaga, ya que no es una especie nativa, sino que una introducida.
Bajo esta figura, esta variante de loro, no está controlada y actualmente no existen programas enfocados en su control acá en la Región de Valparaíso. La única instancia posible es contratar a una empresa privada, que esté certificada y autorizada por el Sag, para que realice un servicio particular en caso de que alguien tenga un problema de plaga en, por ejemplo, un domicilio o una parcela.
Estas aves suelen anidar a gran altura, en árboles que superan los diez metros de altura, donde construyen nidos que pueden llegar a pesar 200 kilos en los casos más extremos.
La preocupación por esta plaga creció con la publicación de un estudio a cargo del profesor Cristóbal Briceño, de la Universidad de Chile. El escrito plantea que el 20% de la población de estos plumíferos portan un parásito denominado Cryptosporidum, con características zoonóticas (que se transmite de animales a humanos). Además, se encontró Escherichia Coli en sus heces, una bacteria que puede provocar graves infecciones intestinales. Asimismo se estudia su relación con la salmonela y la presencia de otra bacteria tipificada como Chlamydophila Psittaci, que se relaciona con las enfermedades respiratorias, como la neumonía.
Control
Para Jonás Gómez, médico veterinario del Hospital Veterinario de Curauma, Placilla Oriente, las infecciones de aves a personas no son nada nuevo.
"Esto es muy antiguo. Las palomas transmiten tantos parásitos como estos pájaros", asegura el profesional, poniendo el acento en la educación a los dueños como un eje de prevención.
"La gente trae aves exóticas, y luego se les escapan o sencillamente las dejan libres, y ahí encuentran un nicho súper libre para ellos, y lo copan, entonces ellos anidan unos nidos grandotes que llegan a pesar 200 kilos y están en alturas entonces no es fácil estarlos sacando", explica.
Jonás enfatiza que debería haber un programa de control de estas aves, primero educando a los dueños de estas aves para que las resguarden con extremo cuidado, y segundo, que los organismos oficiales ejecuten planes de acción enfocados en esta situación. Para ello, cita el ejemplo que se siguió en Roma con las palomas en las piletas, que ha traído buenos resultados.
"Estas piletas tan turísticas que hay, nadie las imagina sin palomas. Entonces, el municipio vende un maíz a los turistas para que les den maíz y solamente pueden darles del que entrega el municipio, que va impregnado con una sustancia que impide su reproducción, y así controlan la cantidad de palomas que hay", manifiesta el veterinario.