En ocho comunas a nivel nacional se aprobó la idea de realizar un "toque de queda" para los menores de edad que transiten por las calles sin un adulto acompañante por las noches. Es preocupante la facilidad que mostraron para saltarse las reglas del juego, olvidándose que la libertad de tránsito está consagrada en nuestra Constitución.

No por la irresponsabilidad de los padres en el cuidado de sus hijos vamos a desentendernos de las reglas que nosotros mismos nos hemos dado. En vez de preferir políticas de acompañamiento, deporte o vida saludable en familia, que sí son compatibles con un Estado de Derecho, buscamos la represión como solución. ¿Acaso el fin justifica los medios? ¿No será peor la cura que la enfermedad?

José Luis Trevia

Fundación para el Progreso.

Estimada Directora:

Un grupo importante de personas mayores asistimos --desde diversas comunas del Gran Valparaíso-- a los talleres, cursos y actividades complementarias que el centro Gerópolis, de la Universidad de Valparaíso, imparte mensualmente como parte de sus acciones en favor del llamado envejecimiento activo.

Por problemas de sede, Gerópolis se trasladó, desde Brasil esquina de Huito, a la subida El Litre, para instalarse obligadamente en parte del 3° piso del edificio de la Escuela de Sociología, lo que motivó la deserción de varios participantes, debido a las notorias (y también peligrosas) dificultades de acceso que significó esta nueva ubicación para todas las personas mayores.

Desafortunadamente, no se consideró que la Escuela de Sociología, como varios otros planteles de las universidades, se "toman" el establecimiento cuando sus exigencias no se satisfacen como desean.

Aunque Gerópolis no tiene ninguna incumbencia en tal situación, y las personas mayores participantes menos aún, somos víctimas inocentes de estos conflictos, dándose la paradoja de que estudiantes de una Educación Superior que desean ser comprendidos por sus autoridades, no comprenden en absoluto las indeseables consecuencias de sus acciones.

En el primer semestre las personas mayores ya sufrimos dos veces esta crisis, que atrasa seriamente los plazos de programas cuidadosamente calendarizados y crea un sinnúmero de problemas a los participantes.

Ahora que llegamos al segundo semestre, nos invaden dos incógnitas:

1) ¿Podrán permitir los alumnos de la Escuela de Sociología de la Universidad de Valparaíso, que Gerópolis continúe su programa de envejecimiento activo sin nuevas e injustas paralizaciones?

2) ¿Podrá Gerópolis, o las autoridades de la Universidad de Valparaíso, obtener algún tipo de garantía de que podremos continuar este segundo semestre sin nuevos contratiempos?

Raúl Santíz Téllez