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Autitos eléctricos para niños la rompen en Viña

Aunque algunos adultos se muestran preocupados porque en el mall no hay una pista establecida, ninguno queda indiferente a los modelos.
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Cinthia Matus O.

Es el mediodía de un lunes. En el primer piso del Mall Marina Oriente, en Viña del Mar, un niño circula a bordo de un BMW color negro. La gente lo mira con asombro, curiosa porque no tiene una pista concreta dónde andar, pero si se distrae, su padre está pendiente con el control remoto para detener el vehículo. "Mi hijo vio los autos y quiso subirse. Me hicieron firmar un contrato en el que me hago responsable, así que estoy atento a que no vaya chocar a alguna persona o poste", dice Raúl Torres.

Los autos, que pertenecen a la empresa "Tuttocars", son iguales a los que andan por las calles de la región. Algunos más de lujo que otros, pero todos igual de llamativos y modernos. Fernando Castellano, dueño del emprendimiento, cuenta que llegaron hace dos semanas a Viña del Mar, y que durante las vacaciones de invierno de los niños han sido furor. "La acogida ha sido mejor de lo esperado. Yo tenía cierto temor porque el mall es pequeño y por lo tanto no puede haber mucho paseo, pero la verdad ha sobrepasado las expectativas, porque en la región no hay muchas ofertas de ocio", manifiesta.

Condiciones de uso

En efecto, el primer piso del mall no tiene mucho espacio para que anden tantos niños a bordo de autos, pero las condiciones y normas de uso, son claras. "El niño estará, en todo momento, supervisado por un adulto (el que firma), quien será el responsable de los daños que se pudieran ocasionar tanto a las personas como a los bienes (...) solamente pueden montarse niños entre 1 y 9 años, de uno en uno, salvo en los vehículos biplaza, siempre que no superen los 30 kilos de peso", dicen algunas de las partes del contrato de arriendo.

Fernando Castellano acota que la velocidad máxima de los autos es de 4 kilómetros, pero que a los niños siempre se les entrega en la configuración mínima. "No andan más allá de los 1.5 kilómetros, pues la idea es que los niños paseen tranquilamente y no se forme una carrera. La gracia es que los niños se diviertan, con un adulto responsable, porque el control remoto predomina por sobre la autonomía del vehículo", explica.

Una abuelita viñamarina que anda con su nieto Joaquín, de Santiago, lee las normas, pero no se muestra convencida. "No sé cómo manejar el control y es peligroso, porque puede chocar a alguna persona. Si hubiera una pista donde ande, ahí me atrevería", confiesa. Las tarifas van desde $4.000 los siete minutos a $14.000 los 45 minutos. Cada minuto extra vale $2.000.