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Las escandalosas acusaciones de acoso sexual contra Plácido Domingo

De nueve denunciantes, una lo hizo con nombre y siete dijeron que sus carreras se vieron perjudicadas.
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AP

Casi dos años después de que Hollywood fue remecido por las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein, dando origen al movimiento #MeToo, el mundo de la ópera es remecido por las denuncias de acoso sexual contra el tenor más importante del mundo, Plácido Domingo.

La agencia AP (The ASsociated Press) publicó ayer las denuncias de nueve mujeres -ocho cantantes y una bailarina- contra uno de los hombres más poderosos y elogiados en la ópera. Según ellas, Domingo habría intentado presionarlas para mantener relaciones sexuales con él, mientras les prometía empleos y en ocasiones tomaba represalias contra las carreras de las que lo rechazaban.

Domingo es también un prolífico director de orquesta y director de la Ópera de Los Angeles. Ganador de varios premios Grammy y con 78 años, todavía llena salas de conciertos, aunque desde ayer comenzaron a cancelarse sus próximas presentaciones.

Los incidentes habrían ocurrido a lo largo de tres décadas desde finales de la década de 1980, en ocasiones en compañías de ópera en las que él ocupaba altos puestos directivos.

Una acusadora dijo que Domingo metió la mano bajo su falda, y otras tres dijeron que las besó por la fuerza en la boca en lugares como un vestuario, un cuarto de hotel y un almuerzo de trabajo.

"Una comida de trabajo no es rara", dijo una de las cantantes. "Que alguien intente agarrarte la mano durante una comida de trabajo es raro, o que te ponga la mano en la rodilla es un poco raro. Siempre te estaba tocando de alguna manera, y siempre besándote".

AP también habló con cerca de 30 cantantes, bailarines, músicos, técnicos, maestros y administradores que dijeron haber presenciado comportamiento inapropiado de índole sexual por parte de Domingo, y que el cantante perseguía a mujeres más jóvenes con impunidad. Los testimonios son similares y se ubican en camarines y habitaciones de hoteles, donde las denunciantes dicen haber sido besadas y manoseadas. También hablan de llamadas telefónicas sin cesar a mujeres solteras y casadas, y proposiciones de toda especie, incluso sobre el escenario durante los ensayos.

"estándares"

Domingo emitió un comunicado en respuesta: "Las acusaciones de estas personas no identificadas, que se remontan hasta 30 años, son profundamente preocupantes, e inexactas tal como se describen".

"Aun así, es doloroso saber que puedo haber molestado a alguien o haberles hecho sentir incómodas, sin importar cuánto tiempo haya pasado y pese a mis mejores intenciones. Yo creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consensuadas (...) Sin embargo, reconozco que las normas y estándares por los que se nos mide hoy -como debe ser- son muy diferentes de lo que eran en el pasado".

Siete de las nueve acusadoras dijeron que sintieron que sus carreras se vieron perjudicadas tras rechazar las propuestas de Domingo, y algunas señalaron que el artista les prometió papeles que nunca se concretaron.

Solo una de las nueve mujeres aceptó ser identificada: Patricia Wulf, una mezzosoprano que cantó con Domingo en la Ópera de Washington. Las demás solicitaron anonimato, pero AP confirmó cada una de las historias. Dos de las mujeres dijeron haber cedido brevemente a las proposiciones de Domingo pues creían que podían poner en peligro sus carreras rechazando al hombre más poderoso de su profesión.

Una de ellas dijo que tuvo relaciones sexuales con él dos veces, incluida una en el hotel Biltmore de Los Ángeles. Cuando Domingo se fue para una actuación, señaló la mujer, dejó 10 dólares en la mesilla de noche y dijo: "No quiero que te sientas como una prostituta, pero tampoco quiero que tengas que pagar por el estacionamiento".

"Existe una tradición oral de alertar a las mujeres sobre Plácido Domingo", dijo una mezzosoprano que no está entre las acusadoras. Otra que sí está entre las acusadoras tenía 23 años cuando durante un ensayo fue seleccionada para besar a Domingo en la escena de una orgía. Dijo que recuerda haberse limpiado la saliva del cantante de la cara tras un torpe beso húmedo y que él le susurró: "Desearía que no estuviéramos en el escenario". Luego, Domingo empezó a llamarla a casa a menudo. En 1991, dijo, "finalmente cedí y dormí con él (en dos ocasiones). Se me acabaron las excusas. Fue como 'OK, supongo que esto es lo que tengo que hacer'".