Es preciso valorar la unánime aprobación que la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado ha dado al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11), quedando solo pendiente la aprobación en la Sala de dicha rama de nuestro Congreso Nacional, luego que se pronuncie la Comisión de Hacienda, para que se cumpla con el trámite exigido por la Constitución, toda vez que dicho tratado ya fue aprobado por la Cámara de Diputados.

Sin embargo, es necesario aclarar que no corresponde al Congreso Nacional ratificar el tratado, como frecuentemente se informa, sino que a quien corresponde otorgar el consentimiento para obligarse por dicho tratado mediante la ratificación es al Presidente de la República (artículo 32, N° 15 de la Constitución Política de la República). La facultad exclusiva del Congreso es la de aprobar previamente el tratado (artículo 54, N° 1, inciso primero de la Carta Fundamental) para que el Jefe de Estado esté, precisamente, en condiciones de efectuar la señalada ratificación.

La elección perfecta

Todos los líderes de los partidos políticos en Chile, de los de aquí y de los de allá, se preocupan mucho de las fechas de las elecciones, en buscar, convencer, fabricar e inventar eventuales candidatos, pero ninguno, absolutamente ninguno manifiesta alguna atención en aumentar los requisitos que dichos eventuales candidatos deberán cumplir para que sus nombres estén escritos en los respectivos votos, lo que lleva a concluir que para ellos está todo muy bien, por lo que para mejor que siga todo igual, postulando a los mismos, eligiendo a los mismos, que sigan haciendo lo mismo y los más importante, siguen confiando en la muy mala memoria de los chilenos, que ya ni siquiera se acuerdan por quién o quienes votaron la última vez, para volver y volver a tener cada vez la esperada "La Elección Perfecta", para sus intereses político partidistas...

Edgardo Riveros

Profesor Facultad de Derecho, U. Central

Luis Enrique Soler Milla.

Los chilenos conocemos nuestra realidad. Según Cadem, el 63% de las personas prefiere disminuir la jornada laboral de 45 a 41 horas, con flexibilidad horario, una medida lógica si analizamos que la simple rebaja la jornada ordinaria de trabajo de 45 a 40 horas a la semana parece una medida poco oportuna para el actual escenario económico que nos enfrentamos.

Si bien Chile es el 5° país de la Ocde con más horas trabajadas en promedio -1.990 anuales-, el mismo organismo nos posiciona como el segundo país menos productivo, dando cuenta de carencias en nuestro mercado laboral de las que debemos hacernos cargo.

Muchos países han rebajado la jornada de trabajo, pero a raíz de un aumento de productividad, avances en el desarrollo tecnológico y la existencia de mayor flexibilidad laboral. En Chile, durante las últimas décadas se ha rebajado la jornada de trabajo máxima y el promedio de horas también ha disminuido; sin embargo, estamos al debe en productividad.

Esto implica reformular el sistema de capacitación, y generar mecanismos de flexibilidad laboral que permitan mayor inserción y espacio a la adaptabilidad pactada entre empleadores y trabajadores, que permita negociar libremente jornadas de trabajo, horas extraordinarias, permisos y materias que inciden en la estructura y necesidades de las empresas. Una vez solucionado este tema, hablemos de rebajas de jornadas.

Soledad Rodríguez.