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La dura prueba que enfrentan unidos Verónica y Sebastián

En marzo sufrieron graves quemaduras luego que el dormitorio que compartían se incendiara. Hoy avanzan juntos en su proceso de rehabilitación.
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Priscilla Barrera Llanos

La vida nos pone a prueba y muchas veces somos incapaces de superar con éxito la adversidad. En ocasiones dependemos de quien está nuestro lado para no decaer y seguir luchando para volver a levantarnos.

¿Pero qué pasa cuando esa prueba nos desafía no solo a nosotros sino también a quien está a nuestro lado? Es la realidad que les tocó enfrentar a Verónica y Sebastián, una joven pareja viñamarina que en marzo pasado sufrió graves quemaduras luego que la vivienda donde habitaban se quemara en medio de un voraz incendio.

Tras el siniestro, estuvieron hospitalizados casi tres meses. Sebastián estuvo en coma dos meses y las posibilidades de sobrevivencia en su caso, con más de un 90% de su cuerpo quemado, eran escasas.

Sin embargo, la vida tiene sus propios misterios y más allá de pronósticos y porcentajes, los jóvenes lograron desafiar al destino, ser dados de alta y comenzar, nuevamente unidos, un duro proceso de rehabilitación.

Volver a nacer

Verónica González tiene 33 años, es técnico paramédico y hasta marzo de este año trabajaba en el Hospital Naval de Viña del Mar. Ese mes y a raíz del siniestro que afectó a su vivienda, resultó con el 45% de su cuerpo quemado, específicamente en manos, cara, torax y piernas.

Sus 3 hijos que vivían junto a ella y su pareja, lograron escapar. Gonzalo, el mayor de sus niños de tan solo 10 años, logró sacar a sus hermanitos: Diego de 8 y a la pequeña Renata de tan sólo 2 años.

Tras permanecer casi 3 meses hospitalizada e incluso ser derivada a la Posta Central al igual que Sebastián, la joven inició junto a su pareja, terapias de rehabilitación en el Hospital Gustavo Fricke, recinto de salud al que acude dos veces por semana.

Consultada por este proceso, Verónica comenta que es "lenta, tediosa, cansadora, molesta, dolorosa (...) Uno saca cosas buenas igualmente, antes no podíamos movilizarnos solos, ahora sí. También puedo comer sola, lavarme los dientes, cosas que son básicas pero que no podía hacer (...) La terapia que considera kine y fonoaudiología ayuda mucho porque uno habla, es una especie de terapia grupal", comentó Verónica.

Sebastián Elgueta tiene 36 años y fue quien se llevó la peor parte tras el siniestro. Resultó con el 91% de su cuerpo quemado y fuera de todo pronóstico sobrevivió.

Aunque llevan un año juntos, recuerdan que se conocen desde hace mucho tiempo y que, tal como sostiene Sebastián, "la vida se encargó de volver a juntarnos".

La pareja cuenta que se ayudan mutuamente, que se dan ánimo cuando el otro decae y que tratan de tomarse con humor las adversidades.

"Llevamos un año juntos pero nos conocemos hace mucho tiempo. Uno vuelve a nacer, a valorar otras cosas, a entender que la vida se puede acabar de un rato para otro entonces empiezas a darle prioridad a otras cosas: a tomar desayuno tranquilo, a almorzar, tocar guitarra en mi caso...tengo tiempo de disfrutar lo que puedo", reflexiona Sebastián.

"Yo me quemé el 91% del cuerpo así que no debería estar acá, pero aquí estoy, recuperándome", sostiene.

Sebastián tenía una pyme de pintura y remodelaciones. Dice que se visualiza a futuro y que de esa manera se hace más corto el proceso de rehabilitación.

Este joven emprendedor cuenta lo importante que ha sido para él vivir este proceso junto a Verónica, en el sentido de acudir no sólo a las terapias juntos sino también a sus controles.

"El trato ha sido muy bueno tanto en la Posta Central como en el Fricke. Yo estuve en coma dos meses (...) Ahora viene el proceso de rehabilitación más fuerte, más ejercicios, todavía me canso mucho", planteó Sebastián.

En medio de la entrevista Verónica y Sebastián se sonríen, se miran de manera cómplice. La misma complicidad que cuentan tuvieron durante todo el proceso en que estuvieron hospitalizados.

"Yo la sentía, sentía que me tocaba la mano, que me decía que iba a estar bien. Nos mandábamos saludos...creo que uno está por el amor, por las ganas (...) Hay gente que se nos acerca en la calle y nos da ánimo, nos da consejos...es bonito igual, uno sabe que esto va a pasar...cuesta harto, a unos más que otros, pero va a pasar", comentó Sebastián.

rehabilitación gran quemado

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Tita Aguilera, jefa (s) de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Gustavo Fricke cuenta cómo se realiza la rehabilitación. Precisa que los pacientes por lo general llegan derivados de otros centros de salud, fundamentalmente de la Posta Central donde se inicia la rehabilitación. En el Fricke, agrega, se inicia una segunda etapa que dice relación con la recuperación de funciones motoras, habilitación de actividades de vida diaria, reinserción laboral, todo brindado por un equipo interdisciplinario integrado por un médico fisiatra, terapeuta ocupacional, kinesiólogo y, si se requiere, fonoaudiólogo. "Lo que se busca con un plan de tratamiento integral exitoso, es que ellos se puedan reinsertar en lo laboral, en lo social y en actividades de vida diaria", precisó la especialista.