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Los peligros de vivir al lado de una casa ruinosa en Valparaíso

El municipio tiene pendiente seis órdenes de demolición por falta de recursos. La Estrella de Valparaíso conversó con los vecinos de algunas de estas construcciones, la mayoría abandonadas hace décadas y en espera de ser destruidas.
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Marcela Guajardo Pérez - La Estrella de Valparaíso

Preocupación existe en los vecinos de la escala Carmen en el cerro Los Placeres por la vivienda de dos pisos que se encuentra en pésimas condiciones y amenaza con caer sobre otra casa, donde vive una numerosa familia.

Esta es una de las seis edificaciones que mantienen una orden de demolición pendiente por parte del municipio porteño, pero que no han podido ser concretadas por falta de recursos.

Jacqueline Salazar ha vivido toda la vida en el sector y asegura que todos los vecinos temen por la familia que duerme cada noche en las faldas de esta casa en ruinas. "Hace muchos años, la persona que vivía ahí estaba en la cocina y el piso cedió y se cayó. La casa quedó botada y ahora nosotros tememos que ocurra una tragedia".

El padre de Jacqueline, Manuel Salazar asegura que trató de comprarle la vivienda a la propietaria, pero que pedía 18 millones de pesos. "Era mucho dinero por una casa en ruinas, ella me dijo que tenía muchos herederos". A través de la junta de vecinos presentaron la denuncia y autoridades municipales y hasta Carabineros fueron al lugar para inspeccionarlo y se emitió una orden de demolición en enero de este año ya que "se emplaza una edificación en ruinas, con riesgo gravitar sobre el mismo predio y de colapso hacia la vía pública", pero no se concretó. "Van a esperar a que la casa se caiga sobre esta gente que vive acá, acá hay niños. El hombre no duerme en la madrugada sentado pensando en que va a pasar algo", dice Manuel.

Otra de las viviendas con orden de demolición pendiente ocupa toda una esquina al final de la calle Guillermo Rivera.

Un vecino del sector, quien no quiso dar a conocer su identidad, explicó que hace más de una década los arrendatarios se fueron y los okupas se quedaron con la vivienda. Luego un incendio dejó la edificación inservible y así quedó hasta la actualidad. "Pero para el propietario es muy caro demoler. El municipio tiene muchos requisitos, entre ellos, un certificado de desratización que puede llegar a costar 600 mil pesos, sin contar con las máquinas, la mano de obra y los camiones".

Otras construcciones que el año pasado y este año han sufrido de siniestros también están en la lista de las órdenes de demolición.

Como, por ejemplo, la construcción de calle Baquedano a la altura de Andrés Bello, cuyo decreto de demolición fue emitido en enero con una ampliación de 30 días pedida por la propietaria para dar cumplimiento, pero las ruinas continúan ahí. Incluso, tiene un letrero de venta de la propiedad.

"Vinieron dos camiones de la municipalidad, pero eso no más. Igual es grave, porque si hay un derrumbe afectaría la vía principal que es Baquedano y se podría llevar todos los postes", comentó uno de los residentes de Andrés Bello.

Demolición

Desde la administración del alcalde Jorge Sharp, informaron que el municipio ha invertido 450 millones de pesos en órdenes de demolición.

Solamente este año se han emitido una decena de decretos de este tipo, desde la destrucción de casas ruinosas abandonadas por el tiempo o destruidas por un incendio, eliminación de escombros, hasta ampliaciones no autorizadas por el municipio. De este grupo de documentos, tres de ellos se han concretado, mientras que seis órdenes de demolición de viviendas están pendientes.

El municipio estimó en 100 millones de pesos cada demolición, por lo que actualmente no contarían con los recursos para llevarlos a cabo. El ministro de Vivienda, Christián Monckeberg, anunció su ayuda, detalles que podrían conocerse la próxima semana cuando se anuncia la presencia del jefe de la cartera en Valparaíso.

Y serían muy necesarios, ya que desde el derrumbe ocurrido el martes, muchos porteños han acudido a la Dirección Municipal de Obras para denunciar problemas en sus viviendas y pidiendo que los funcionarios vayan a inspeccionarlas.

Por lo pronto, el municipio espera concretar las órdenes pendientes y así dar mayor seguridad a los vecinos que llevan años conviviendo con el peligro de estas construciones.