La cancha que educó a los niños del desierto y formó un campeón
En la región de Arica y Parinacota, se encuentra la Escuela España, un establecimiento que aprovechó todos los espacios disponibles para sacar adelante a sus alumnos. Por eso en su aniversario N° 53 rememoraron esos años.
Con la llegada del aniversario número 53 de la Escuela España, ubicada en el valle de Azapa a 28 kilómetros de Arica, los profesores decidieron rememorar aquellos años, cuando a falta de espacios para el deporte, los alumnos debían subir a los cerros aledaños al establecimiento para realizar las clases de educación física, en una cancha de tierra con arcos de palo, que cumplió un rol importante, especialmente para sus alumnos.
"Gracias a la organización de los profesores de educación física, este año se quizo rememorar con los alumnos, el uso que antiguamente le dimos a esa canchita del cerro, la cual se creó hace 35 años con ayuda de los campesinos del sector y prestó un gran servicio a la comunidad y a los profesores de educación física de esta escuela, porque no teníamos espacios suficientes para las clases. Por eso subíamos al cerro. Yo recuerdo que llevaba a mis niños arriba desde los años 90 hasta el 2000, luego se cerró el acceso y se mejoró la cancha que tenía la escuela y se dejó de hacer clases en el cerro, por eso en este aniversario, quisimos recordar todo eso con los niños", contó Isabel García, jefe técnico del establecimiento.
Durante la competencia de futbolito en el cerro, los alumnos de quinto a octavo básico disfrutaron la actividad, con una vista panorámica del valle de Azapa, la misma que en los años 90, fue testigo de esas humildes clases bajo el sol, donde los niños debían caminar largos minutos para llegar a la cima del cerro, hasta llegar a la cancha de tierra, en pleno desierto, que fue clave en el entrenamiento de los alumnos, quienes se curtieron así en algunas disciplinas deportivas, que después se convirtieron en medallas y reconocimientos.
"Yo me acuerdo que tuve clases de educación física en el cerro, porque la canchita de tierra que tenía la escuela esos años, estaba ocupada, por eso el profesor nos llevaba arriba a practicar. Fue una época que quisimos recordar con los niños, porque en este aniversario había muchas actividades y la cancha de la escuela estaba ocupada con otras competencias. Y para no dejar a los niños sin fútbol, los llevamos al cerro a jugar, así como se hacía antiguamente. Y la verdad se recrearon bastante en esa actividad, que contó con todos los resguardos de seguridad" dijo Franklin Díaz, profesor de Educación Fisica y ex alumno de la Escuela España.
Perseverancia
Durante más de 20 años, los alumnos de la Escuela España debieron subir por un sendero empinado para hacer las clases de Educación Física. Es que aquella cancha, además de tener una vista panorámica del valle, tenía todo el espacio necesario para jugar y entrenar como si estuvieran en el mismo Estadio Carlos Ditborn, escenario del Mundial del 62. Por lo tanto, el esfuerzo y la caminata para llegar al lugar valían la pena.
Los años transcurrieron y las clases definitivamente dejaron de hacerse en el cerro, pero se le dio una segunda oportunidad, con la llegada del profesor Franklin Díaz.
"Yo me presenté en la Escuela España el 2004 con la idea de crear un Taller de Atletismo, porque vi en los alumnos de Azapa una ventaja que los niños de Arica no tienen, que es la resistencia. Gracias al director de esa época, que me recibió muy bien, comencé a entrenar a los niños del taller en el cerro, porque la cancha de la escuela es muy pequeña, y no había espacio para hacer entrenamientos largos, y la carretera es muy peligrosa para los niños", contó Díaz.
Como en el estadio
Una vez "en la punta del cerro", el profesor marcaba la cancha con pistas, carriles y el óvalo similar al estadio.
"Nosotros delineábamos todo, por eso cuando los alumnos competían en Arica, ya tenían una noción del diámetro y de lo que tenían que hacer. Recuerdo que practicamos lanzamiento con cañas o varas de coligüe, con lo que tuviésemos disponible. Ahí comprobé que los niños efectivamente tenían condiciones para las pruebas de resistencia y lanzamiento, por eso nuestros alumnos se fueron destacando en esas disciplinas en los Juegos Deportivos Escolares, Copa Soprole y otras que se hacían", explicó.
El cerro fue testigo
El caso más destacado de toda la camada que entrenó en los cerros de Azapa junto a Franklin Díaz, fue Ronald Mamani Ayca, quien hizo historia en los Juegos de la Juventud Trasandina (Judejut), porque obtuvo medalla de oro en los 10 mil y 5 mil metros planos.
Un orgullo para la región de Arica y Parinacota y para Chile, ya que nunca habían logrado oro en esta categoría. En esa oportunidad, Ronald dedicó la medalla "a mi gente aymara del Valle de Azapa", dijo el 2018.
"Con Ronald entrenábamos toda la rutina en el cerro, es un campeón, viajó a tres nacionales de los Judejut, y ahora está en la Escuela de Suboficiales", relató Díaz.
El retorno
La motivación de Franklin Díaz para regresar a su exescuelita, fue porque en las competencias deportivas que se realizaban en Arica, la participación de estudiantes de zonas rurales era escasa.
"Fui juez de atletismo y veía que solamente competían colegios de Arica y me preguntaba por qué no venían niños de los valles. Por eso volví a la que fue mi escuela, para trabajar con los alumnos de Azapa, porque tenían un potencial que entregar. Al principio fue díficil, pero al lograr medallas y trofeos, el taller se fue potenciando con el apoyo de los apoderados y la escuela, pero también gracias al espacio que nos brinda la cancha de tierra que está en el cerro, donde los niños fortalecieron sus cualidades deportivas", concluyó.
En Arica tienen el Estadio Carlos Ditborn, pero en Azapa, pueden contar con la cancha del sector Sobraya, la misma que acogió a muchas generaciones y que formó a un campeón de campeones.
Con estos recuerdos, profesores y alumnos festejaron el aniversario 53 de la escuelita, fundada el 31 de agosto de 1966 gracias al aporte de campesinos del sector "Sobraya", el Cuerpo Militar del Trabajo, la Corporación de la Reforma.
"Con Ronald entrenábamos toda la rutina en el cerro, es un campeón".
Franklin Díaz, profesor.