Secciones

[Cultura Urbana]

Libro aborda la mortal viruela que arrasó Valpo

El escritor Andrés García Lagomarsino vuelve con un nuevo relato sobre Valparaíso, esta vez de una deslavada "Joya del Pacífico" que vio partir a 6 mil almas por una epidemia que pudo evitarse.
E-mail Compartir

Priscilla Barrera Llanos

Un ataúd blanco en la calle es la imagen chocante de la portada del segundo libro de la serie "Valparaíso en el Siglo XX" que el escritor y periodista, Andrés García Lagomarsino escogió para "Valparaíso en 1905 La viruela que arrasó la ciudad", texto de la Editorial Crisantemo que recoge los graves efectos que tuvo en la ciudad puerto la devastadora epidemia de viruela de 1905.

A través de 189 páginas, el escritor resumió una profunda investigación periodística de los años 1904 y 1905, mostrando la crudeza de una enfermedad que terminó con la vida de 6 mil personas, principalmente niños y miembros de la llamada clase obrera.

En este relato que recoge textos y fotografías periodísticas, el escritor da cuenta de las condiciones en que vivía gran parte de la población y los desaciertos de las autoridades frente a una crisis que bien pudo evitarse.

"Hay un período muy especial para Valparaíso que es comienzos del Siglo XX - 1900 a 1910 - y que es el período que más he estudiado y durante el proceso de investigación sobre el terremoto, salta este otro tema", cuenta el escritor.

García Lagomarsino es enfático en cuanto a los efectos catastróficos de la epidemia.

"A nivel de mortandad fue peor esto que el terremoto - 6 mil muertos frente a 3 mil - y desgraciadamente, lo que deja de manifiesto el libro, es que las condiciones de vida en Valparaíso eran muy malas para la clase obrera, había mucho conventillo, muy insalubre, muchos niños y allí entró la peste que prácticamente arrasó con la ciudad", precisó.

El también periodista contextualiza la época. En 1905 los habitantes de Valparaíso llegaban a los 150 mil. En la ciudad existían más de mil 600 conventillos, a razón de 400 personas por conventillo y cerca de 10 personas viviendo en una pieza, con animales y sin agua potable.

De acuerdo con su investigación, la peste llega proveniente de Santiago a través de agentes de la policía.

"Llegó un momento en que morían 100 personas al día (...) Las condiciones de insalubridad y la incultura eran enormes. En los cerros también había muchos conventillos y el nivel de insalubridad era mucho mayor", agregó García.

El grave problema es que los segmentos más carentes no podían acceder a la vacuna contra la viruela, sistema de inmunización que ya existía.

"Esto fue escandaloso a nivel de Estado porque fallaron en la elaboración de la vacuna y por eso murió tanta gente. Eso se explica bien en detalle en el libro", comenta el escritor, al tiempo que agrega que si no hubiese sido por la intervención del Consejo Departamental de Higiene integrada fundamentalmente por médicos, el desastre habría sido peor, triplicándose probablemente las cifras de mortandad.

El Consejo Departamental de Higiene proporcionaba informes epidemiológicos anuales y advirtieron que esto podría pasar.

"Ellos avisaron que esto podía pasar porque había brotes de viruela en Santiago", acotó García.

El policlínico de los libros

E-mail Compartir

Buscando en el pasado

Un escritor busca en su pasado dar con la historia de su familia que ha huido de Venezuela para venir a Chile en busca de un mejor futuro. El tiempo pasa y nuevamente se produce un quiebre debido al exilio que se posa como una sombra que no los abandona. En el fondo del agua crece un bosque sumergido que funciona como una metáfora de lo que en la novela ocurre. En El bosque sumergido, Diego Vargas Gaete (1975), exhibe una historia de quiebres y reencuentros, donde el tiempo se alterna constantemente y donde la esperanza parece ser lo único a lo que aferrarse. De esta forma se enlazan diversas historias que conectan las vivencias de una familia. Josefina es la abuela del escritor mientras recorre Venezuela, Santiago, Lican-Ray y Valparaíso. La mujer cuenta una historia increíble que se extiende por el siglo XX. En este sentido, la vida de Josefina es al mismo tiempo la de su escritura, donde además se encuentran recuerdos, sus vivencias, sus amores, en un mundo en donde la ficción hiperbolizada va de la mano con lo acostumbrado. La obra repasa la historia familiar de Josefina. Ahí es fundamental la presencia de uno de sus abuelos, Juan de Dios, a quien nunca conocerá ya que mucho antes de nacer en Mérida éste estará muerto debido al virus de la fiebre amarilla. Interesante es cómo el escritor se desplaza a través del tiempo, haciendo continuos raccontos que de ninguna manera alteran el orden del volumen. Al contrario, esta cualidad da paso a que el autor exhiba la calidad y profundidad de su literatura. No se trata de una novela ligera, acá estamos frente a un proyecto ambicioso donde Vargas consigue dar con una historia atrayente, dolorosa en momentos y en otras con una profunda esperanza. Se trata de un volumen íntimo, donde la belleza está presente con sutiles pinceladas en un ambiente en donde a veces la ilusión es el gran soporte. Se trata en definitiva de un texto muy bien construido, con un lenguaje prolijo, donde no se dejan cabos sueltos y que en esta época su lectura resulta muy necesaria dejando en claro la relevancia de la migración. Una novela atrayente y que desafiará al lector a sumergirse en un mundo complejo, pero a la vez lleno de hermosura.

"No se trata de una novela ligera, acá estamos frente a un proyecto ambicioso donde Vargas consigue dar con una historia atrayente".

título: El bosque sumergido

dirección: Diego Vargas Gaete

editorial: Emecé