La Inteligencia Artificial (IA) es una realidad. Las aplicaciones que usamos a diario parecen saber exactamente qué necesitamos y falta poco para que se anticipen a qué pensamos. Y va más allá del mundo digital, está afectando la forma en que trabajamos. En el caso del derecho, lo que hace medio siglo atrás era ciencia ficción hoy es realidad enfrentándonos a disyuntivas del tipo ¿podemos confiar en los algoritmos para sentenciar en un caso? ¿puede un "juez" con inteligencia artificial decidir si el imputado es culpable o inocente con base en la big data y las pruebas? ¿aplicará soluciones justas?
El Tech Index of the CodeX Center for Legal Informatics de la Universidad de Stanford a junio de 2019 registraba más de 1.200 empresas en siete modalidades de aplicaciones, llamadas "Legal Tech": asesoramiento legal automatizado, plataformas de encuentro entre clientes y abogados, automatización documental, análisis predictivo de casos, entre otros. ¿Podemos seguir hablando de abogados? Creo es el momento de dar un paseo al futuro y hablar de ingenieros legales. La automatización es una oportunidad para adquirir nuevas competencias.
La ley que crea la Agencia Nacional de Protección de Datos regula que en el lugar dónde se hagan tratamientos de datos, consentido por quien los entrega, siempre exista una persona que explique al otro ser humano las decisiones de estas inteligencias artificiales, usadas en esos procesos. Los ingenieros legales no solo contribuirán al desarrollo de la automatización de los servicios legales mediante la creación de los algoritmos, sino que también serán parte del engranaje que permitirá mejorar el acceso a la justicia de miles de personas.
Por eso es importante que investigadores del campo del derecho se unan con investigadores de la ingeniería informática para estar preparados y dar respuestas a los nuevos requerimientos. El desafío está entonces en cómo enfrentarlo, sin perder de vista que la tecnología está al servicio del hombre y es a través de la educación, la adaptabilidad y el trabajo interdisciplinario la forma de sacar el mayor beneficio posible.
Dr. Sebastián Bozzo
Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chile