Caso de Archivaldo fue denunciado hace meses
Amigos del conocido radiocontrolador fallecido cuentan que golpearon muchas puertas, pero como no eran familiares de él, nadie los ayudó.
La muerte de un vecino de Playa Ancha hace unos días atrás sigue calando entre sus vecinos y amigos por el impactante estado en que pasó sus últimos días.
Archivaldo Fleming falleció en su casa durante la semana pasada, sorprendiendo a todos sus vecinos, quienes no sabían de él hace meses. Los dedos apuntan a su hermana que, presuntamente, lo mantenía confinado y no dejaba que nadie lo visitara ni diera cuidados médicos, a pesar de que estuviera postrado hace dos años.
Anteriormente, La Estrella informó que vecinos del radiocontrolador y DJ de fiestas ochenteras, intentaron conseguirle ayuda, pero su hermana no dejó que se lo llevaran, al punto que su cadáver fue encontrado en condiciones de extrema precariedad: con piojos, larvas, escaras, las uñas descuidada, y con barba de un metro.
No fueron pocos los intentos por conseguirle ayuda, pero la burocracia de las instituciones fue un obstáculo infranqueable.
Compañero
Juan Mora fue compañero de curso de Archivaldo en el colegio San Pedro Nolasco y un amigo muy cercano. Juan se radicó en Suiza, por lo que mantuvo el contacto con su amigo por Facebook, hasta que un día no recibió ningún mensaje de parte de Archivaldo, ni tampoco contestaba su celular.
"Yo sabía donde vivía, le dije a otro excompañero que lo ubicara, y salió la hermana que lo trató mal y le dijo que no quería ver a nadie", cuenta Juan. Durante los meses siguientes, siguieron insistiendo, sin respuesta. Con el tiempo, vino lo que para ellos ya era inevitable: la muerte de su amigo. No les quedó más que mandar una corona de flores a nombre del curso.
"Seguimos insistiendo porque pensábamos que era grave, porque nos enteramos que estaba enfermo. En ninguna parte hicieron caso, lamentablemente la burocracia en Chile es así. Esto no puede volver a pasar en Valparaíso ni en Chile", lamenta Mora.
Portazos
Juan estaba muy lejos para ayudar, así que fue otra la amiga que asumió la responsabilidad.
Ivone Ravest, fue varias veces a la casa, recibiendo solo portazos. "Fuimos a su domicilio, unos tres meses antes de su muerte, y la hermana nos dio con la puerta en la cara", cuenta.
Fueron dos veces más, y les ocurrió lo mismo, preguntaron en el barrio y les comentaron que no veían a Archivaldo hace años. "Un vecino me dijo que él pensaba que estaba muerto", cuenta.
Luego vino un verdadero "tour" por parte de Ivone. La primera parada fue en el consultorio de Plaza Justicia y el de Quebrada Verde, donde le dijeron que al no ser familiar directo de la persona, no podían darle ninguna información. Por las suyas, Ivone averiguó que en el Cesfam de Playa Ancha Archivaldo estaba inscrito, pero no registraba atenciones desde hace tres años.
Después, fue al Tribunal de Familia, y volvieron a decirle que como no era familiar, no podían hacer nada.
La tercera parada fue en el Servicio del Adulto Mayor. La excusa que le dieron era que Archivaldo no tenía edad para ser adulto mayor, por lo tanto no podían ayudarlo. Dos meses después, murió.
"Esto no puede quedar así, porque esta mujer tiene a una niñita. Cuando a él lo fue a buscar la PDI, él estaba con piojos, con cosas que ni siquiera un indigente tiene. Ella lo dejó morir en vida", dice con pena.