La experiencia demuestra que no es suficiente solamente reducir los números de fallecidos, sino que como sociedad, debemos ser responsables de la cultura preventiva de los conductores. No quiero dejar de mencionar que a la fecha llevamos 1124 fallecidos a nivel país. Una cifra poco alentadora y que puede elevarse aún más estando ad portas de la celebración de fiestas patrias. Dado estas estadísticas constituye una necesidad imperiosa, el que haya mejores conductores, sobre todo, cuando el incremento del parque vehicular en esta fecha aumenta. El problema no es solo de intervención de los organismos e instituciones oficiales sobre los problemas de tránsito, la solución, también descansa imprescindiblemente en la contribución personal que recae en automovilistas y transeúntes. Antes de empezar el viaje debemos tener presente las normas de tránsito, el estado del vehículo, los tiempos y horarios para movilizarlos, pero también la cortesía. Así como también sentarse frente al volante y meditar por un momento sobre las acciones y condiciones que pudieran presentársele durante el recorrido y de esta manera incorporar una cultura preventiva.

José Antonio Llanos

Director Ingeniería en Prevención de Riesgos

Universidad Andrés Bello

Es un debate perpetuo en nuestra tierra, hoy sale nuevamente a la luz con consignas que obligan a ver cada nombre como si de bandos fuesen en una guerra alzada, pero bastante alejado de la realidad en el mes de la patria y la unidad nacional, tenemos que ser claros en ver los respectivos nombres con altura de miras.

La historia nos indica que fueron los inmigrantes quienes trajeron el pan como producto a nuestras costas, muy probablemente fueron franceses o españoles, pero tras ello está que nuestro querido pan emblema destaca por ser producto de una masa de característica batida, esto significa que permanece más tiempo en proceso de liberación de gluten (o liga en el lenguaje panificador), así genera esa miga tan característica y tan aireada, que la distingue de su prima hermana la Hallulla. Siendo además la crocancia el producto de el vapor que se encuentra en las bóvedas del tradicional horno chileno, sobre esto último hay que hacer un hincapié importante, los hornos chilenos (que cada día son menos) eran calentados a temperaturas tan altas que no podían cocinar el pan batido, por ende siempre cocían las hallullas primero para bajar la temperatura del horno y además llenaban las bóvedas del horno de la humedad que se utilizaba para dar crocancia a nuestro pan emblema. Siendo además que si en este país todo se "arregla con un alambre", este rubro es vivo reflejo del dicho e ingenio, por lo cual existe un sistema mediante el cual se aumentaba el vapor con latas de hallulla o tarros con agua en el sector de quema de leña, (fogón).

Sin ir tan lejos del tema en cuestión y haciendo una breve explicación de las características de nuestro querido pan batido, pan marraqueta o pan francés. Hemos de comprender que son sus características el origen de sus nombres, por un lado el tipo de su masa, el origen de sus creadores o el origen del tipo de su masa. Es interesante la coyuntura que se gesta hoy en día por medio de las redes sociales, siendo todos sus nombres correctos para nuestro "pan batido querido" en estas fiestas patrias, pero seamos sinceros, en Valparaíso y sus alrededores se llama pan batido y debe respetarse como tal, así como también las otras denominaciones del resto del país, para un mismo y querido producto.

Alberto Albornoz Díaz

Presidente

UNIPAN V Región