Claudio Morales Salinas - La Estrella de Valparaíso

Sofía Vega comenzó a jugar tenis de mesa a los 9 años inspirada por su papá Emilio, quien también jugaba y pronto se transformó en su entrenador, cumpliendo así el sueño de ver a un hijo -en este caso una hija- entre los mejores de este deporte.

El talento lo tenía en los genes, así que Sofía hoy de 15 años, pronto no tuvo rivales en su natal Quillota. "En ese tiempo jugaban poquitas niñas, pero me gustó jugar por la competencia y porque así conozco gente y muchos lugares", confiesa esta tenimesista que ha recorrido Chile en diversos torneos, y también fue a Colombia.

"A los diez años fui a mi primer nacional, que fue en Coyhaique y llegué a las primeras rondas. Ya en el siguiente nacional salí tercera. De ahí dije, ya, me gusta, voy a entrenar más, hasta el año pasado que llegué a la selección infantil, lo ratifiqué este año saliendo campeona nacional en el Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) en santiago", cuenta la alumna de primero medio del colegio Nuestra Señora del Huerto.

A lo más alto

Sofía Vega apuesta ahora a un clasificatorio para integrar la selección juvenil que irá a los Juegos Binacionales de San Juan, Argentina en noviembre. Es un salto en su carrera, pues con su corta edad, se enfrenta a jugadoras mayores del nivel juvenil. Pero no arruga.

Pese a que esta joven deportista puede tener una relación de mayor confianza con su entrenador-papá, no afloja la exigencia de la prácticas, ya sea en el colegio Cristiano de Quillota, donde ponen a disposición una sala para ella, o en el CEO donde tiene roce con otras jugadoras.

Las aspiraciones de Sofía Vega son altas. Quiere representar a Chile en los Panamericanos del 2023, y por eso pretende irse a entrenar a China en los próximos meses. El gigante asiático es potencia en el tenis de mesa, y la deportista espera que el alcalde Luis Mella le cumpla con el pasaje que le prometió.