CInthia Matus O.

"Buenas tardes. Hace un tiempo funaron a este hombre de 'acosador'. Yo lo veía en la calle y muchísimas personas lo señalaban, lo trataban feo y lo miraban mal. Hoy me di la mañana para conocerlo, y es lo más dulce y humilde que he visto. Debajo de ese viejo chascón, hay un hombre muy sabio que me dio tremendas enseñanzas. Espero que dejemos de discriminar a las personas, porque muchas no merecen ser tratadas mal. Gracias por su atención".

Con estas palabras, el barbero Amir Carvajal, más conocido como "Amirsaurio" por sus cercanos, relató a través de las redes sociales lo que vivió junto a "Stanley", una persona en situación de calle que deambula por las calles aledañas al Mall de Quilpué. Todo comenzó la semana pasada, cuando un amigo de Amir se encontró con el hombre -a quien también llaman Totte- y lo invitó a comer. "Nosotros trabajamos en una barbería del mall y cuando el Stanley iba con mi compañero a comer, me pidió que los siguiera. Mi compañero estuvo compartiendo un rato, pero luego se despidió y se fue a trabajar, a cortar el pelo, pero yo me quedé un rato más", cuenta el joven que hace dos años dejó la metalurgia extractiva en Copiapó, para venirse a Quilpué a cumplir su sueño de ser barbero.

Mientras compartían unas hamburguesas y papas fritas, Amir y el Totte abrieron sus corazones para contarse sobre sus vidas. "Cuando llegué a vivir con mi abuelita al paradero 13, siempre lo veía y le daba unas monedas. Después vi que lo estaban funando en las redes sociales, diciendo que drogaba a las niñas con burundanga para raptarlas, pero no le encontraba lógica porque ni siquiera tiene plata para comprarse cigarros sueltos y va a andar con droga exportada", manifiesta.

Cambio de imagen

En la conversación, Amir Carvajal se dio cuenta que tras la barba y la abundante chasca, había un tipo interesante. "A medida que lo conocía confirmé que no era una persona con problemas mentales o psicológicos, sino que estaba súper bien parado y muy concentrado en sus palabras. La sabiduría que tiene es tremenda y hasta me dio consejos", relata el barbero.

Respecto de la funa, el joven asegura que Stanley respeta a las mujeres. "Me contó que hace muchos años no tiene una pareja porque prefiere cultivar una amistad. Él trata a las mujeres como si fueran sus hermanas y me dijo que el amor no es solamente algo sexual, sino que algo que mueve al mundo", explica.

Amir Carvajal asegura que después de conversar por largos minutos, logró convencerlo de llevarlo a su barbería. "Cuando lo veía en la calle, yo sentía que algún día le iba a terminar cortando el pelo. Ese día en la mesa del patio de comidas le pregunté hace cuanto no se lo cortaba, y me dijo que hace unos meses, pero como perdió la noción del tiempo, se refería a años", comenta.

Stanley aceptó ir a la barbería de Amir, pero con la condición de que sólo le retocara la barba. "Fue muy emocionante su reacción al verse y poco a poco le fui metiendo tijera al pelo. Ha sido el pelo más difícil de trabajar por los nudos que tenía, pero fue impagable cuando se miró al espejo", cuenta el barbero.

Amir recuerda que Stanley se conmovió hasta las lágrimas cuando vio su nueva imagen, pero más aún cuando la gente lo empezó a tratar de otra manera. "Como te ven, te tratan, y eso le pasó a mi amigo. Salíamos a caminar y la gente que lo reconocía, lo saludaba y le decía que se veía bien. Ya no provocaba susto o rechazo, y él estaba contento", dice.

El barbero acota que el lazo entre ellos se ha ido estrechando cada vez más y que con Stanley hablan de todo. "Él llegó a la calle por frustación. Cuando trabajaba en la construcción quería comprarse una camioneta y juntó casi $30 millones, pero se los robó el Estado. También tiene hijos que cuando lo ven en el centro lo saludan. Él no le guarda rencor ni odio a nadie, es un ejemplo de persona", cerró.