Con un recurso de protección interpuesto en la Corte de Apelaciones de Valparaíso por Pablo González, presidente del Sindicato de Conaf en Valparaíso y la concejala Elizabeth Celedón, se pretende evitar el ingreso de maquinaria pesada en el búsqueda del bullado tesoro de la isla Juan Fernández.

Acompañados del diputado Diego Ibáñez, los demandantes explicaron que buscan invalidar el protocolo de acuerdo firmado entre la dirección nacional de Conaf y el historiador holandés, Bernard Keiser, que autoriza los sondajes y excavaciones en Puerto Inglés, lo que vulneraría la protección de la reserva mundial de la biósfera, pues se trabajaría con retroexcadora en dicha zona protegida.

Un basural

"Al principio Bernard Keiser hizo los trabajos de manera correcta, pero luego los trabajadores no tenían contrato de trabajo, dejó de ir con un arqueólogo como se exigía y el lugar se convirtió en un basural", sostuvo la concejala de Juan Fernández, Elizabeth Celedón, quien concluyó que la mayor parte de la comunidad está en desacuerdo con la forma en cómo se ha buscado el tesoro.

Pablo González, dirigente sindical de Conaf manifestó que "se está autorizando a un extranjero a que deteriore un parque nacional. Esta es una acción en contra de Bernard Keiser y director ejecutivo de Conaf por permitir el protocolo de acuerdo que destruiría una reserva de la biósfera (...) él tiene conocimiento de todo el daño que ha provocado la búsqueda del tesoro y esperamos que esta acción legal traiga buenas noticias.

Matías Valenzuela

Era un esperado y emotivo momento familiar, pero tuvo un feo giro que se ha estirado por más de un mes, acumulando una deuda millonaria.

Vladimir Valdivieso y su esposa Laura Troncoso viajaron a Cochabamba, Bolivia, para la titulación de su hija de 25 años que estudiaba medicina en aquel país. Era un momento muy anhelado para los padres que, muy esforzadamente, lograron pagar su carrera universitaria. Él tiene 79 años, pero trabaja como conserje de edificio, y ella vende ropa y perfumes.

La ceremonia era el 24 de agosto, y a los cuatro días después, Vladimir empezó a sentir fuertes dolores en el pecho.

"Nosotros pensamos que era el corazón, y lo llevamos al hospital de urgencia. Ahí le hicieron exámenes y vieron que sufrió una perforación de esófago, y producto de eso sufrió una mediastinitis, una infección muy grave en un sector muy delicado", explica su esposa.

De ahí en más, su salud se complicó. Adquirió una bacteria intrahospitalaria y una infección, que lo dejó en la UCI. La familia tuvo que trasladarlo a una clínica privada, porque no habían camas en el sistema público boliviano. Con el correr de las semanas, la deuda iba creciendo velozmente.

Laura cuenta que recurrieron a sus ahorros y ayudas de familiares para ir abonando los pagos. La deuda era superior a los 30 millones de pesos, y lograron reducirla a 21 millones, pero cada día que pasa, vuelve a acrecentarse.

Hace algunos días, Laura volvió a su casa al cerro Cordillera para poder trabajar y generar recursos.

Su hija es quien la actualiza sobre el estado de salud de Vladimir, que ha mejorado lentamente, pero sigue sedado en la UCI, bajo pronóstico reservado.

"Ella ya tenía todo preparado para volver y empezar a trabajar acá en Chile, pero ahora ha tenido que preocuparse de su papá, comprar los medicamentos, pedir los exámenes y esas cosas", comenta la mujer.

La familia ha recurrido a pedir ayuda a parlamentarios (ver recuadro) y eventos benéficos.

De hecho, este 20 de octubre, en el Club Deportivo del hospital Van Buren, se realizará un bingo solidario a partir de las 12.00 horas.