El amor en la ciencia: millones de bacterias extrañan a tu ex
En el segundo capítulo de "Por la Razón y la Ciencia", la bióloga Cristina Dorador advirtió que el amor no es solo hormonal o físico. Y aseguró que, "las bacterias (del otro) quedan aunque uno lave las sábanas".
Isadora Jacobs López - La Estrella de Valparaíso
El amor por siglos ha sido la motivación del ser humano, logrando traspasar todas las esferas, inclusive aquellas que son invisibles a los ojos, pero que gracias a la tecnología, hoy podemos verlas, como las bacterias.
Según explicó la bióloga y académica de la Universidad de Antofagasta, Cristina Dorador, durante el capítulo de "Por la Razón y la Ciencia"; las bacterias son un importante complemento para el afecto entre una pareja, y a su vez, son la razón del porqué quieres volver con tu ex.
Amor bacterial
Es un hecho que la tecnología se ha instalado en los espacios más íntimos de nuestras vidas. A través de ellas, podemos ver las secuencias del ADN a gran escala, y que Cristina Dorador, utilizó para declarar que somos un ecosistema microbiano, y recién estamos entendiendo la capacidad de las bacterias, que incluso han permeado en el amor.
La bióloga explicó cómo estos microorganismos se manifiestan en el contacto entre dos personas, surgiendo lo denominado como amor bacteriano. "Cuando nos besamos, estamos entregando bacterias al otro, y estas se quedan en el intestino", dijo Dorador.
Este intercambio bacterial puede modificar nuestro comportamiento por completo. La experta, utilizó de ejemplo la sensación de bienestar que mantenemos al estar en pareja, y que además de relacionarse a un tema físico y hormonal, también podría estar siendo representado a escala bacterial, debido a los microbiomas que se mezclan en la relación.
Se produce un proceso de simbiosis, es decir, una relación íntima entre dos organismos, que, según aclaró Cristina Dorador, la bacteria pierde la capacidad de vivir sola, y empieza a depender del otro: "Si lo extrapolamos a las relaciones humanas, también necesitamos a los demás, como humanos, somos comunidades".
Por ello, es tan impactante a nivel bacteriano cuando una pareja termina, ya que como hubo un encuentro de microorganismos relacionados, las bacterias del otro quedan, ante el proceso calificado como algo único que no existía antes: la relación amorosa.
"Las bacterias quedan aunque uno lave las sábanas. No es tan fácil cerrar capítulos, el tiempo lo borra todo y hace que estas (bacterias) se vayan disipando".
Sin embargo, en esta era de la tecnología donde la media naranja se encuentra a tan solo un click, hay que incorporar desde el punto de vista microbiano la diversidad a nivel local, manteniendo el contacto físico como la única forma de seguir este intercambio bacteriano: "Puede haber amor digital, pero nunca podrá ser un amor bacterial".