Nicolás Arancibia B.
La Ciudad del Sol partió su día domingo haciéndole honor al seudónimo con la cual se le denomina, aunque la luz solo se encargó de mostrar los resquicios de lo que fue una noche cargada de falsas alarmas y desastres que terminaron con un buen número de locatarios menores lamentando la pérdida total o parcial de sus lugares de trabajo.
A eso de las 23.00 horas del sábado, principalmente a través de redes sociales, se daba aviso de que la Municipalidad de Quilpué estaba siendo consumida por las llamas. El llamado de alerta acabó siendo falso, ya que el edificio emplazado justo en frente de la estación del metro, solo terminó con un par de vidrios rotos tras una noche de caos. El fuego, sin embargo, efectivamente ocurrió, pero fue una sucursal de Farmacias Ahumada, ubicada en calle Claudio Vicuña, la gran afectada por el siniestro.
El local quedó reducido a cenizas, luego de que manifestantes, en la noche sabatina, saquearan y dieran vida a llamas tan poderosas, que no solo consumieron la droguería, sino que también arrasaron a una decena de locales menores ubicados en la cercanía al establecimiento. Luis Valencia, dueño del local La Ponderosa, que también se vio afectado por el incendió, reveló el por qué del incidente.
"A las siete de la tarde cerré mi local y me quedé toda la noche aquí para que la gente no se metiera, obviamente también cuidando a mis vecinos para que no sucediera nada", partió relatando el joven emprendedor, quien posteriormente reveló que "vi como la gente se empezaba a meter principalmente en los bancos, después comenzaron a saquear el local de Farmacias Ahumada, y el tema es que la gente empezó a apiedrar a los bomberos que intentaban apagar el fuego y no les quedó otra que irse. El Teniente tomó la decisión de retirarse porque estaban siendo amenazados".
A esperar
María Soledad Moyano es otra de las locatarias menores que fue afectada por el siniestro de la noche sabatina. "Se pide justicia en muchos casos y lo comparto, creo que debe haber un cambio, pero era la forma. Nos avisaron del incendio en la noche, ya era tarde, y no íbamos a bajar porque había toque de queda. La verdad es que es un desastre, me llevo un par de cosas que están quemadas, y que tal vez pueda limpiar y lavar, pero en general es pérdida total" relato la emprendedora que tenía un local donde vendía ropa europea. Ayer tuvieron reunión con la cámara de comercio esperando encontrar soluciones.